El plagio en la industria cultural consiste en apropiarse de ideas ajenas para hacerlas pasar como si fueran propias. Desde la música, con los casos más sonados de Shakira, con su tema Loca, o Beach Boys, con su sencillo Surfin' USA.

En ambos, un juez dictó sentencia para que compraran los derechos de las canciones en las que se habían "inspirado". Por lo general, en la industria musical, la solución es el pago de los derechos.

Pero en el ámbito educativo y académico esto supone un problema mayúsculo, según comenta a Computer Hoy Chorst Klaus, fundador de plag.es, una compañía especializada en ayudar a escuelas y universidades a mantener la integridad académica.

"Ahora el problema es aún mayor", asegura. "Realizamos una investigación con escolares en Lituania y reveló que la mitad de ellos ya utilizan ChatGPT y herramientas similares para hacer tareas y escribir ensayos".

En este sentido, la llegada de los modelos lingüísticos (LLM) no ha creado un problema nuevo, sino que ha acentuado otro que ya estaba, el plagio, ahora aún más difícil de detectar que antes.

He probado plag.es, la herramienta de plagio que ahora detecta contenido generado por ChatGPT, y creo que es totalmente necesaria en los tiempos que corren, aunque aún hay ciertos puntos de mejora.

Las similitudes en los trabajos académicos

Antes de comenzar a probar la herramienta, hay que conocer qué supone el plagio. Según explica Klaus, "la fuente del plagio son los préstamos tomados de otros escritos, lo que llamamos similitudes".

Estas similitudes, no obstante, pueden encontrarse a lo largo de un trabajo académico. Si has tenido que hacer un TFG, por ejemplo, incorporarás a la investigación citas de otros autores en los que se apoyen tus ideas. Esto no es plagio.

A pesar de ella, la tendencia suele ser que, a mayor número de similitudes, más probabilidad hay de que el trabajo haya sido plagiado. Según Klaus, la herramienta tiene un mapa actualizado de similitudes entre países.

ChatGPT ya no trabaja por ti y perezosamente te pide que completes tú las tareas

En su caso, varios de sus clientes, que suelen ser universidades, permiten que el porcentaje de similitud sea del 30%. De esta forma, si hay un 30% de similitudes, la universidad ni siquiera actuará.

"Muchos casos de plagio, incluso en universidades que utilizan inspectores de plagio, pasan desapercibidos", asegura.

Ahora bien, ante el avance de GPT, el plagio puede haberse sofisticado, con lo cual las herramientas tradicionales no lo reconocerán. Para ello, Plag ha lanzado una nueva funcionalidad que detecta contenido generado con ChatGPT.

La importancia de este tipo de herramientas

Como suele ocurrir en casi todas las herramientas de este tipo, existe una versión gratuita y otra de pago. En mi caso, he probado la gratuita, que te permite un análisis algo más detallado en el primer análisis –que te regala Plag–.

Después, podrás conseguir créditos por iniciar sesión diariamente u optar por la modalidad premium, esta última pudiendo identificar el idioma automáticamente, algo que en la opción gratis tienes que seleccionar de forma manual.

Para probar la verificación de plagio, he usado directamente el mismo texto que he pedido a ChatGPT, un texto algo más creativo, aunque también científico, sobre la terraformación de Marte.

En primer lugar, la herramienta de verificación de plagio no identifica texto copiado, algo normal; en cuanto a la verificación de IA, en 2 ocasiones, con textos sencillos científicos –artificiales–, ha detectado que, con mucha probabilidad, sean de ChatGPT (y lo eran).

Sin embargo, en el caso del texto sobre la terraformación de Marte la herramienta muestra mayor probabilidad de que sea un texto humano. En este caso, el fallo está más que justificado por la propia esencia de GPT.

"Tenemos que entender y enseñar a la gente que este es un enfoque probabilístico, por lo que se producen falsos positivos", añade Klaus. "ChatGPT también puede dar respuestas incorrectas. Por lo que el resultado no ha de interpretarse estrictamente, sino que podría ser la señal para realizar una investigación más profunda o conversar con algún autor del documento".

En todo lo demás, siempre con la prueba gratuita –más allá de los créditos que ganas iniciando sesión–, la herramienta parece actuar correctamente, siempre desde el ámbito de la probabilidad, como menciona el fundador.

En contraposición, podría implicar un gran problema educativo el hecho de no contar con este tipo de herramientas. Por ejemplo, como señala Klaus, con una "generación perdida" que haya aprendido sin esfuerzo, lo que tendrá su repercusión en su futuro en el mercado laboral.

Además, otros problemas –que ya se dejan ver– de no contar con herramientas que identifiquen a ChatGPT pueden ser la difusión de noticias falsas o la escasa protección de los derechos de empresas de contenidos.

"Incluso podría ayudar a salvar puestos de trabajo para creadores de contenidos, escritores y periodistas, ya que la creación humana, debido a su relevante rareza y su mayor coste, fundamentalmente será siempre más valiosa", concluye.