A medida que se acerca esa temida fecha para muchos en la que tendrán que decir adiós a Windows 10 —14 de octubre de 2025—, parece que se resisten a hacer el cambio, pasarse a Windows 11 y comenzar una "nueva vida". 

Microsoft ya ha anunciado la fecha de fin de vida de Windows 10, sí, pero también ha ofrecido actualizaciones de seguridad de pago hasta 2028. Esto significa que muchos usuarios pueden optar por no apresurarse demasiado a actualizar sus sistemas tan pronto como muchos querrían, pese a los esfuerzos de la compañía y las novedades que están llegando a la versión 11.

Actualmente, solo 400 millones de los 1.400 millones de usuarios actuales de Windows ejecutan el nuevo sistema operativo, ya sea porque no pueden cumplir con los nuevos requisitos que Microsoft implementó, y otros simplemente no sienten que Windows 11 esté todavía a la altura. Solo el 28.6% de los usuarios actuales de Windows han migrado a Windows 11 desde su lanzamiento en octubre de 2021.

Viendo estos datos, seguro que muchos se preguntan: ¿Por qué tantos usuarios se resisten a abandonar este sistema operativo y no se lanzan a probar Windows 11? Es entendible que en 2021 Windows 11 aún era un bebé, pero a día de hoy el sistema operativo incluye grandes características.

Estas son las grandes razones que retienen a los usuarios en Windows 10

Una de las principales barreras para la adopción de Windows 11 es el estricto requisito de hardware que impone Microsoft. Para que un dispositivo sea elegible para la actualización a Windows 11, debe contar con un procesador compatible con TPM 2.0. 

Esto significa que muchos dispositivos más antiguos, aunque funcionan y funcionarían durante muchos años, se consideran obsoletos en términos de compatibilidad con el nuevo sistema operativo. Para los usuarios que no están dispuestos o no pueden permitirse comprar un nuevo ordenador, queda claro que la opción de migrar a Windows 11 no entra en sus planes.

Además, también hay que valorar un aspecto psicológico y es que el proceso de actualización en sí mismo puede ser percibido como una molestia por parte de los usuarios. Aunque Microsoft ha trabajado para hacer más sencillo el proceso, aún hay dudas de cuánto tiempo tomará o incluso si perderán datos.

Finalmente, para aquellos que no cumplen con los requisitos de hardware de Windows 11, la idea de quedarse con Windows 10 parece que es la única opción viable más que una decisión que ellos puedan tomar de forma libre.

Teniendo esto en cuenta, y si se habla de un aspecto meramente económico, los usuarios, pese a las advertencias de seguridad que ya se han lanzado una vez que llegue ese 2025, no les quedaría otra opción que arriesgarse, tener cuidado con lo que hacen con el ordenador y ahorrar para comprarse otro dispositivo.