Apple, la empresa líder en el mercado de la tecnología, está experimentando con impresoras 3D para fabricar sus propios dispositivos, según ha revelado Bloomberg. Esta innovadora estrategia podría suponer un cambio radical en el modelo de negocio de la compañía, que hasta ahora dependía de proveedores externos para ensamblar sus productos.

Según la fuente, Apple estaría utilizando impresoras 3D de alta gama para crear prototipos de sus futuros lanzamientos, como el Apple Watch. Estas impresoras 3D permitirían a la empresa diseñar y producir sus dispositivos con mayor rapidez, precisión y personalización, reduciendo los costes y los riesgos de filtraciones.

El Apple Watch sería la clave de todo. El proyecto que tiene Apple entre manos se ha centrado en la fabricación de este dispositivo mediante la utilización de impresoras 3D. Eso sí, no sería el único equipo al que buscan desarrollar mediante esta tecnología. De hecho, si todo lo que tienen entre manos sale bien, lo que haría la empresa de Cupertino es adaptar los procesos para otros equipos como el iPhone.

Impresión 3D conocida como Binder Jetting. Esta sería técnica que Apple emplearía para la fabricación de sus relojes inteligentes. El proceso permite la creación de la pieza que forma la estructura del reloj de forma casi total. El material que se emplea es una sustancia en polvo que luego se ve forzado a pasar por un proceso conocido como sinterización para su endurecimiento.

La impresión 3D como la nueva apuesta de Apple para la fabricación de dispositivos

Resultados similares al acero. Lo que se ha podido ver gracias a los informes que han salido a la luz muestran que este material sería parecido al acero utilizado para los Apple Watch. Lógicamente, el elemento final no es perfecto y, de hecho, es necesario realizar el pulido del equipo para así tenga el acabado esperado como recortar las zonas que necesiten ser eliminadas.

El uso de impresoras 3D para fabricar dispositivos podría tener varias ventajas y desafíos para Apple. Por un lado, podría mejorar la eficiencia al reducir los tiempos de producción y los errores humanos. Todavía hay mucho que realizar y, de hecho, uno de los principales problemas es la garantía que puede ofrecer este tipo de equipos que no utilizan materiales ya probados como el acero.

En definitiva, el uso de impresoras 3D para fabricar dispositivos podría ser una oportunidad o una amenaza para Apple, dependiendo de cómo lo gestione y lo implemente. Lo que está claro es que se trata de un giro de negocio importante, que podría cambiar el futuro de la industria tecnológica. Ahora solo queda esperar para ver su implementación real en sus equipos.