Cómo nos engañan los sentidos

Los sentidos y el cerebro juegan un papel determinante en la forma que percibes tu entorno y sí, decirte que continuamente te están engañando.
Los cinco sentidos (olfato, gusto, vista, tacto y oído) son los mecanismos por los cuales los seres vivos conocen y se relacionan con el mundo exterior. La información del entorno entra por los sentidos y viaja a través de las neuronas hasta llegar al cerebro, que es el encargado de procesar los datos.
Estos informan al cuerpo sobre lo que es el mundo. Sin ellos, no se tendría ni idea. No habría vista ni oído. No se saborearían los alimentos ni se sentiría nada. El hambre no te diría que comieras y no percibirías el estado de congelamiento sin tu sentido del tacto.
El gran problema es que los sentidos son limitados y, por ello, pueden resultar engañosos. Esto se debe principalmente a un error de percepción (que es la interpretación que hace el cerebro de los estímulos percibidos por los sentidos). Los sentidos y la percepción pueden engañar al humano por razones internas o externas.
Y se confía en ellos por completo. Se consultan los sentidos en cada momento de la existencia y las personas funcionan acorde con ello. En pocas palabras, se actúa como si estos resultados fueran precisos y muchas veces se equivocan.
Así es como nos engañan nuestros sentidos:
- Los sentidos están limitados y te están engañando continuamente
- Ejemplos de cómo te engañan los sentidos
Los sentidos están limitados y te están engañando continuamente
Desafortunadamente para todos, los sentidos te engañan, y mucho. Te están mostrando un mundo muy limitado. Por ejemplo, los ojos y otros sentidos perciben solo una pequeña fracción de la existencia física y el resto (99%) se escapa de la conciencia humana. Todo está sucediendo, ahora mismo, pero los sentidos no lo detectan.
Por otro lado, los oídos escuchan solo una pequeña porción de todo el espectro de sonido. Esto significa que la gran mayoría de todos los sonidos posibles no están disponibles.
Sin embargo, te han convencido de que estos sentidos te están dando la realidad. Incluso existen frases como "Ver para creer", "Lo vi con mis propios ojos" y "Lo escuché con mis propios oídos" que realmente son muy erróneas, pero ahí están.
Ejemplos de cómo te engañan los sentidos
Agentes externos que modifican nuestra percepción: ilusiones ópticas
Las ilusiones ópticas que engañan al ojo y al cerebro son aquellas en las que se percibe un color, forma o perspectiva distorsionada de la realidad. A continuación verás una serie de ejemplos que seguramente conoces y has experimentado.
Cuando se hace una serie de dibujos y luego se van pasando las hojas de forma rápida, se produce la sensación de que la imagen tiene movimiento. Este es el principio de la cinematografía.

Cuando se coloca un lápiz en un vaso de agua, la refracción hace que el ojo humano vea una imagen distorsionada del lápiz, que parece estar roto cuando la realidad es otra.
Si un individuo cierra los ojos, se tapa los oídos y toca una superficie y siente las vibraciones de algo, no podrá percibir si se trata de música, un ruido producido por una máquina en funcionamiento o una bomba nuclear.
Cuando un coche circula por una carretera y la temperatura ambiente es alta, es posible ver un espejismo, porque se ve agua en la carretera pero, a medida que el vehículo se acerca a ese lugar, el agua desaparece.

Agentes internos que modifican la percepción de los sentidos
Estos son otros ejemplos de cómo el propio cuerpo engaña en muchas ocasiones a los sentidos. Aquí ya no se habla de aspectos externos que te confunden si no estados propios que funcionan de forma diferente para unos y otros.
La fiebre alta, por ejemplo, puede producir una alteración de lo percibido por los sentidos. Esto funciona de diferentes formas para algunos e incluso no llega a afectar a muchos. El cerebro, en esta ocasión, juega malas pasadas dependiendo de las personas e incluso de cómo manejan sus emociones.
El consumo de drogas puede generar algún tipo de alucinaciones y el de tabaco puede generar mareos y alteración de los sentidos. Aquí ocurre lo mismo. Seguro que has escuchado cómo algunos experimentan visiones totalmente de otro planeta cuando a ti no te ocurre.
En esencia, y como puedes finalmente ver, cada uno es prisionero dentro de sus propios sentidos y de cómo el cerebro juega con ellos y, al final, se obedece a cada una de las entradas e interpretaciones que se realizan. Esto es algo inevitable.
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Descubre más sobre Carolina González Valenzuela, autor/a de este artículo.
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