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Diarrea con sangre, parálisis parcial y edema cerebral, así habrían sido sacrificados los monos con los implantes Neuralink de Elon Musk

Neuralink experimento Pager mono

Neuralink

Unos documentos filtrados sobre los experimentos en monos de Neuralink muestran un proceso terrible. El informe llega un día después del anuncio de pruebas con humanos, de confirmarse parece complicado que ningún ser humano quiera someterse a semejantes torturas, por mucho que se lo diga Elon Musk

Apenas un día después de que Neuralink, la empresa de biotecnología de Elon Musk, anunciara que ha obtenido la aprobación para realizar su primer ensayo clínico en humanos, un informe de Wired ha encendido la alarma sobre las pruebas de la compañía en animales. 

Desde septiembre de 2017 hasta el final de 2020 los experimentos de Neuralink fueron supervisados por el personal del Centro Nacional de Investigación de Primates de California (CNPRC), una instalación de bio-investigación financiada con fondos federales estadounidenses. Este es uno de los fragmentos que describen los experimentos: 

Animal 11. Era un macaco hembra que tenía 10 años en diciembre de 2018, cuando los empleados de Neuralink le perforaron el cráneo y le implantaron electrodos en el cerebro. Tras seis horas de cirugía, Neuralink le fijó una placa de titanio en la cabeza. Casi inmediatamente los implantes se habían infectado y  la piel estaba erosionada. Un análisis microbiano demostró que sufría una infección por estafilococos. El personal observó que la piel parecía perforada por el implante. En marzo de 2019 se seda al Animal 11 e intenta limpiar los implantes ensangrentados e infectados de su cabeza. Se pudo extraer parte de la purulencia, pero no toda. Una semana después, el personal observó que la infección de los implantes persistía. Unos días más tarde, practicaron la eutanasia al animal.

La aprobación reciente para el ensayo clínico en humanos marca un hito para Neuralink. Según un comunicado de la empresa, el ensayo tiene como "objetivo evaluar la seguridad del implante y del robot quirúrgico". La compañía planea reclutar pacientes con parálisis, específicamente los afectados por lesiones en la médula espinal cervical o esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Sin embargo, el entusiasmo se ve ensombrecido por serias preocupaciones éticas. Elon Musk había afirmado que los monos utilizados en los experimentos de Neuralink estaban cerca de la muerte y que ninguno murió debido a los implantes. Sin embargo, los doctores han aludido que los monos eran jóvenes, por lo que era improbable que tuvieran enfermedades terminales.

Animal 15. El personal observó que sacudió la cabeza tres veces y perdió el equilibrio, cayéndose por completo dos veces. Había perdido la coordinación y el equilibrio. El personal escribió que la ataxia podía deberse a la inflamación intracraneal provocada por el dispositivo implantado. Tiraba repetidamente del implante  y tenía signos de ansiedad e incomodidad por lo que el personal empezó a administrar diazepam. Se daba pellizcos repetidos en la cara, el hombro y el cuello. Tenía la cara y la parte posterior de la cabeza hinchadas, con el ojo derecho hinchado hasta la mita y temblaba. El 25 de diciembre de 2018, el personal observó que tenía los dos ojos medio hinchados y la mejilla derecha parecía "más hinchada que" el día anterior. En marzo de 2019, las pruebas de laboratorio confirmaron que el implante había dado positivo en Staphylococcus y otra infección bacteriana. Casi dos semanas después, el personal practicó la eutanasia al Animal.

El informe de Wired, basado en documentos del Physicians Committee for Responsible Medicine (PCRM), describe un panorama alarmante. Describen condiciones extremadamente preocupantes, como diarrea con sangre, parálisis parcial y edema cerebral, sufridas por monos después de recibir los implantes de Neuralink

Implicaciones legales para Neuralink en su creación interfaz cerebro-computadora 

Las inconsistencias entre las declaraciones de Musk y los informes de Wired han llevado al PCRM a instar a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos  a investigar por un posible fraude de valores. Los inversores han depositado 280 millones de dólares para el proyecto.

Animal 22. Era un macaco  macho que tenía 6 años cuando fue trasladado al experimento de Neuralink. En enero de 2020, los empleados de Neuralink lo sometieron a una operación quirúrgica de siete horas de duración. Un día después, el personal del laboratorio observó que había una sensación parecida al crepitar cerca del puerto implantado, es decir, un crujido o chasquido que se produce como consecuencia del roce anormal de los tejidos. Dos meses después de la operación, el personal observó que el implante, que estaba atornillado en el cráneo del Animal 22, estaba suelto y que se movía cuando se aplicaba una presión mínima. Le practicaron la eutanasia. El informe de la necropsia señaló que dos tornillos que sujetaban el implante al cráneo podían levantarse fácilmente y que el implante podía pivotar fácilmente.

Con la aprobación para los ensayos en humanos en mano, la empresa sigue avanzando. Pero este nuevo informe pone en el punto de mira tanto sus prácticas de investigación como la credibilidad de sus declaraciones públicas.

La vía hacia la innovación tecnológica está plagada de dilemas éticos. A medida que Neuralink se prepara para llevar sus investigaciones al siguiente nivel, con seres humanos, es crucial que se aborden las preocupaciones éticas y se ponga todo el foco en la transparencia.

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Etiquetas: Elon Musk