La energía nuclear es una de las fuentes de electricidad más limpias y eficientes que existen. Sin embargo, también tiene una serie de inconvenientes que la hacen poco atractiva para muchos países y consumidores. 

Entre ellos, el alto coste de construir y mantener las centrales nucleares, el riesgo de accidentes y fugas radiactivas, y el problema de gestionar los residuos nucleares. Ante estos desafíos, algunos expertos apuestan por una nueva generación de reactores nucleares más pequeños, seguros y baratos: los llamados reactores modulares pequeños o SMR.

Estos dispositivos tienen el tamaño de un contenedor y pueden producir entre 10 y 300 megavatios de potencia. Además, se pueden fabricar en serie y transportar fácilmente a los lugares donde se necesiten. Los SMR ofrecen varias ventajas frente a los reactores nucleares tradicionales.

Por un lado, al ser más pequeños, reducen el riesgo de sobrecalentamiento y fusión del núcleo, lo que aumenta la seguridad. Por otro lado, al ser más baratos, facilitan el acceso a la energía nuclear a países en desarrollo o zonas remotas. Asimismo, al ser más flexibles, se pueden adaptar mejor a la demanda eléctrica y a las fuentes renovables.

Energía nuclear a pequeña escala con los reactores modulares pequeños

A pesar de sus ventajas, los SMR también enfrentan una serie de desafíos y obstáculos para su desarrollo e implantación. Entre ellos, la falta de regulación específica, la incertidumbre sobre su rentabilidad, la competencia con otras tecnologías más maduras y baratas, y la resistencia social y política a la energía nuclear.

Last Energy es una empresa estadounidense que se dedica al desarrollo y comercialización de los SMR. Recientemente, ha anunciado la firma de dos acuerdos para suministrar energía nuclear a Polonia y al Reino Unido mediante sus reactores nucleares modulares.

Según la empresa, estos acuerdos suponen un hito histórico para la industria nuclear y para la transición energética. Por un lado, permitirán a Polonia reducir su dependencia del carbón y cumplir con sus compromisos climáticos. Por otro lado, ayudarán al Reino Unido a diversificar su matriz energética y a garantizar su seguridad energética.

Está claro que Last Energy tiene un enorme negocio entre manos, ahora solo queda ver cómo funcionará y si cumple las promesas que ha hecho a los organismos que han confiado estas enormes sumas de dinero para la obtención de electricidad mediante la energía nuclear a pequeña escala con los SMR.