Hay veces que la ciencia solo sirve, después de profundos estudios y razonamientos, para confirmar lo que la tradición o las costumbres ya intuían desde hacía mucho tiempo. 

¿Y si para mejorar el bienestar y la salud mental solo fuese necesario recurrir a una afición que ya realizaban con asiduidad nuestras abuelas? La sabiduría popular al final parece imponerse.

Eso al menos es lo que parecen demostrar trabajos que, cuanto menos, deben calificarse de curiosos. Parece que en ocasiones no es necesario recurrir al mindfulness, tan de moda de un tiempo a esta parte, para derrotar al estrés y alcanzar eso que los expertos suelen llamar la atención plena. Simplemente, se puede hacer con algo tan sencillo como hacer ganchillo.

La importancia de las aficiones para la salud mental

Está más que demostrar que tener aficiones resulta algo no solo recomendable, sino esencial en la vida. De alguna forma, intereses que vayan más allá del trabajo y de las rutinas obligatorias diarias (comer, dormir, etcétera) ayuda a buscarse objetivos y retos, y de alguna forma mejora también el estado de ánimo, incluso provocando que se esté de mejor humor. 

Sin embargo, cabe pensar que algunas actividades resultan mejores que otras. Por ejemplo, muchas veces se pone de manifiesto los beneficios que tiene el olvidarse alguna vez del teclado y escribir a mano. Por supuesto, leer también suele recomendarse con frecuencia, ya que permite ejercitar la imaginación y la concentración, algo similar a pintar.

Pero lo más probable es que si hubiese que redactar una lista con las aficiones que más cuidan la salud mental, sobre todo entre gente relativamente joven, pocos pensarían en un interés que viene de lejos: el ganchillo. Pues bien, algunos estudios, como el publicado en su momento por Sage Journals, parecen ponerlo de manifiesto. 

Según ellos, se trata de una tarea que puede ser relajante y terapéutica para muchas personas, ya que ayuda a reducir el estrés y a mejorar la concentración y la atención plena. Incluso piensan que en muchos casos pueden tener más ventajas que leer, ver una película o cosas por el estilo. Algo así como una práctica de meditación, pero además con un fin práctico.

La afición de tu abuela que es buena para la salud mental

También conocido como crochet, el ganchillo de toda la vida usa hilos o hebras de diferentes materiales, como lana o algodón, que se entrelazan entre sí para formar distintos puntos y diseños. El proceso implica pasar el gancho a través de las hebras de hilo para crear bucles y luego trabajar estos bucles de diferentes maneras para formar patrones y texturas.

Una de sus principales ventajas, además, es que se trata de una sencilla afición que se puede practicar en casi cualquier lugar con un gancho y una madeja de hilo, lo que lo convierte en una actividad perfecta para poner en práctica durante viajes, mientras se está en casa o casi en cualquier situación. Por no hablar, claro, del ejercicio artístico que supone. 

Ahora que la ciencia para coincidir con la tradición, está claro que tu abuela tenía razón: en ocasiones lo más sencillo es lo que mejor te puede hacer sentir.