La metformina, comercializada en España como Dianben, no solo es uno de los fármacos más eficaces para combatir la diabetes de tipo 2 y el síndrome del ovario poliquístico con resistencia a la insulina. 

También contribuye a la pérdida de peso. Al igual que sucede con otros medicamentos como el Ozempic o Wegovy, muchas personas en Europa recurren a ella para adelgazar y perder peso. 

Un estudio reciente elaborado por Stanford Medicine prueba que la metformina está vinculada a la pérdida de peso moderada, estimulando la producción de lac-phe, una molécula que abunda en el organismo tras la práctica de ejercicio físico. La funcionalidad principal de la metformina es reducir el nivel de glucosa que produce el hígado y retrasar su absorción. De este modo, se ayuda a controlar el nivel de azúcar en sangre. 

Muchas personas diabéticas perciben cómo, durante el primer año de tratamiento, llegan a perder hasta un 3% de su peso corporal. Pese a todo, una cantidad modesta en comparación con el 15% o más que obtienen quienes consumen otros medicamentos de semaglutida.

Las claves del hallazgo científico

La molécula anti-hambre (lac-phe) generada tras un ejercicio físico importante es responsable de la pérdida de peso moderada, tras un estudio realizado en ratones y humanos. 

Lac-phe influye directamente sobre el metabolismo, el ejercicio y el apetito, por lo que abre camino a una nueva tipología de medicamentos para bajar de peso. De consumirse de manera controlada la metformina, se encontrará una estrategia viable para reducir la masa corporal y mejorar la salud de millones de personas.

Las primeras investigaciones científicas llegaron en 2022, permitiendo descubrir cómo el lac-phe permitía reducir los niveles de hambre después de la práctica de ejercicio vigoroso. 

Encontraron un Frankenbaby de lactato, un subproducto de la fatiga muscular, y un aminoácido llamado felilalanina. Esa molécula híbrida recibió el nombre de lac-phe.

El Dr. Jonathan Long, profesor adjunto de Patología en la Universidad de Stanford, afirmó que el metabolito lac-phe se produce de forma natural al realizar actividad física intensa. La metformina es una candidata clara para estimular la descomposición de la glucosa, provocando la generación de lactato.

Las pruebas con ratones obesos realizadas por los científicos demostraron que, al administrar metformina, estos presentaban mayores niveles de lac-phe en sangre. Llegando a ser los que menos comían en comparación con el resto de ratones y a perder una media de 2 gramos durante los nueve días que duró el experimento.

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En las pruebas con personas con diabetes de tipo 2 se comprobó que, a las 12 semanas de empezar a tomar metformina, se observaron aumentos en los niveles de lac-phe. 

En un amplio estudio multiétnico en 79 personas con aterosclerosis, es decir, pacientes con arterias obstruidas, se apreció un aumento significativo de los niveles de lac-phe al tomar el medicamento. Además, experimentaron importantes pérdidas de peso durante varios años de estudio y seguimiento.

En sus conclusiones, el Dr. Long afirmó que, mientras que los fármacos con semaglutida se inyectan en el torrente sanguíneo, la metformina es un medicamento oral que es posible recetar a millones de personas. Esto abre las puertas a encontrar un equilibrio entre el hambre y la energía para controlar el peso corporal, el colesterol y la presión arterial.

El consumo de metformina debe ser controlado y supervisado por un especialista en la materia. Y es que contempla efectos secundarios en algunas personas: náuseas, diarrea y molestias abdominales, además de aumentar el riesgo de acidosis láctica. También puede repercutir en una disminución de la fertilidad en mujeres con síndrome de ovario poliquístico.