Por mucho que los científicos no se terminen de poner de acuerdo al respecto, suele ser habitual pensar que el mundo como conocemos cambiará en el futuro. A consecuencia del cambio climático o la deriva de los continentes, lo cierto es que el perfil de planeta está en constante transformación. 

Ahora un estudio estadounidense ha ido un paso más allá y parece haber confirmado una alarmante realidad que muchos ya daban por inevitable: Nueva York y otras importantes ciudades de Estados Unidos se están hundiendo. 

Nueva York se hunde, literalmente

Según un estudio publicado por Virginia Tech y el Servicio Geológico de Estados Unidos, importantes ciudades de la costa atlántica de Estados Unidos se estarían hundiendo, literalmente, incluso más rápido de lo que otros expertos suponían. Entre ellas, la propia ciudad de Nueva York. 

Además de la popular urbe norteamericana, otras metrópolis vecinas como Long Island, Baltimore, Virginia Beach y Norfolk estarían sufriendo la misma suerte. Una conclusión a la que han llegado después de utilizar tecnología pionera para analizar en profundidad la evolución del terreno. 

Para ello los investigadores se han valido de satélites de radar espaciales, gracias a los cuales han sido capaces de desarrollar mapas digitales que muestran la supuesta realidad. Una parte de la costa este se hunde a un ritmo de 2 mm por año, mientras que otros puntos lo hacen a un ritmo de 5 mm anuales. 

Aunque los propios responsables del estudio han asegurado que se trata de un proceso gradual, han querido hacer hincapié en los preocupante que este hecho resulta, y no han dudado de que se trata de un impacto, un riesgo, totalmente real que conviene tener en cuenta. 

Un peligro para Nueva York y otras ciudades norteamericanas

Tras llegar a estas conclusiones, los expertos han advertido de lo que sus hallazgos podrían suponer para Nueva York y otras importantes urbes de la costa atlántica de Estados Unidos. Según sus propias palabras, el hundimiento progresivo podría ocasionar “daños potenciales a la infraestructura y mayores riesgos de inundaciones”. 

¿Qué quiere decir esto exactamente en un sentido práctico? Pues que el hundimiento del terreno, sumado a la supuesta acción que ocasionaría el cambio climático (una subida en el nivel de los océanos) podría desencadenar daños en numerosas carreteras americanas, problemas en líneas de gas y agua o incluso directamente el derrumbe de construcciones enteras. 

Un escenario realmente post-apocalíptico que, a juzgar por las previsiones de los científicos, no se distinguiría mucho de las típicas películas sobre catástrofes que desde hace décadas se estrenan de vez en cuando en la industria de Hollywood. Una realidad que, pese a todo, los expertos han incidido en que todo el mundo debería conocer. 

Y es que, en ocasiones, la realidad parece incluso llegar a superar la ficción. Si realmente se confirma la validez de este estudio, e incluso es corroborado por otras apreciaciones similares, la situación podría ser crítica en el futuro. ¿Cuándo? ¿Existiría forma de evitarlo? Esas son preguntas que también tendrá que ser la ciencia quien intente responder.