En ocasiones podría estar bien parar un momento y hacerte la siguiente pregunta: ¿cuándo fue la última vez que escribiste a mano? 

Aunque solo se tratara de una pequeña anotación a pie de página, o un leve recordatorio. Hoy en día, teniendo en cuenta la forma en la que todo se ha digitalizado, la respuesta en muchísimos casos probablemente fuese “hace mucho”. 

Sin embargo, está comprobado que escribir a mano tiene múltiples beneficios, que no pueden compararse con lo que supone teclear en el ordenador o deslizar el dedo por la pantalla táctil de tu teléfono. De hecho, si alguien olvidara cómo escribir a mano, su cerebro sería el principal perjudicado. Y eso no es ninguna broma, tal y como señalan algunos expertos. 

El impacto en el cerebro de escribir a mano

Hay que empezar por tener en cuenta que el cerebro es un músculo. Cuanto más tiene que esforzarse, en mejor forma se encuentra. Algo que resulta una ventaja para cualquiera. Por ejemplo, si pasas todos los días en casa, sin apenas novedades, te darás de que el tiempo pasa muy deprisa, seguramente demasiado. Si haces algo distinto, este dará mucho más de sí. 

La razón es muy sencilla: cuando emprendes una actividad nueva, tu mente necesita prestar más atención, quitar el “piloto automático”, y eso hace que se grabe mejor en tu cabeza. Si viajas un fin de semana a un nuevo lugar, te parecerá que este se ha hecho muy largo (en el buen sentido). Si lo repites todos, sentirás que cada vez dura menos. Y todo es culpa del cerebro. 

Pues con la práctica de escribir a mano sucede lo mismo. Para escribir a mano, el cerebro tiene que hacer un esfuerzo de concentración y destreza mayor que cuando se utiliza un teclado o una pantalla táctil. Así lo constató la American Psychological Association, al estudiar cómo los niños retienen mejor las palabras cuando escriben a mano que al usar el ordenador. 

Desde un punto de vista científico, investigaciones han revelado que las regiones cerebrales trabajaban juntas cuando escribes con un bolígrafo. 

Esta tendencia también se refleja en las ondas cerebrales, patrones de actividad eléctrica, que se han relacionado con la formación de recuerdos. O lo que vendría a significar lo mismo: que escribir algo a mano ayudaría igualmente a potenciar la memoria.

Escribir a mano en el aprendizaje

Teniendo todo esto en cuenta, si olvidases cómo escribir a mano, esto tendría un impacto negativo tanto en el funcionamiento de tu cerebro como en la forma en la que este trabaja con la memoria. Algo que incluso los profesores no han tardado en descubrir. Allá por 2014, países escandinavos anunciaron que digitalizarían por completo sus aulas. 

Es decir, que los dispositivos informáticos sustituirían al papel y al boli tradicionales, y las pantallas a los libros de texto. ¿Cuál fue el resultado de este planteamiento? 

Pues que apenas unos años después sus sistemas educativos dieron un paso atrás y regresaron a los métodos tradicionales, al darse cuenta de que estos beneficiaban más a los estudiantes.