Que el ser humano es un animal social, nadie puede ponerlo en tela de juicio. Quien más y quien menos todos necesitamos la compañía de otras personas para sentirnos plenamente realizados, compartir momentos de éxito o apoyarnos en situaciones difíciles. Pero por mucho que en ocasiones pensemos que solo hay dos tipos de amigos, los buenos y los malos, en realidad la cosa es más compleja.

Así al menos parecen señalarlo los expertos de Harvard, que no tienen reparos en definir y analizar los 3 tipos de amistad que existen, y explican qué puedes esperar de cada una de estas relaciones. 

Harvard en busca de la felicidad

En realidad, no es ni mucho menos la primera vez que los expertos de la prestigiosa Universidad de Harvard se preocupan por la felicidad de sus semejantes. Es un tema que han abordado una y otra vez en varios de sus estudios sobre la naturaleza humana y sus necesidades emocionales. 

Lo más curioso de este estudio, llevado a cabo por el profesor Arthur Brooks, radica en lo concreto que resulta, centrándose totalmente en la amistad y los tipos de ella que a su juicio existen. Una de las conclusiones más llamativas, además, pasa porque, en su opinión, todas ellas son importantes. 

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Es decir, que aunque solo puedas considerar a unos pocos amigos de primera, de esos que habitualmente te acompañan durante muchos años o incluso a lo largo de toda la vida, las diferentes relaciones que se dan, algunas más banales, también tendrían su importancia en la felicidad propia. 

Según sus propias palabras, “recibimos diferentes cosas de diferentes tipos de relaciones, lo cual resulta muy positivo”. 

Los tres tipos de amistad que existen para Harvard

Para Brooks, el primero de los tres tipos de amistad que existen serían lo que él define como “amistades placenteras”. Y, al contrario de lo que esta calificación podría sugerir, no están necesariamente vinculadas al placer carnal. 

Se refiere a todas las relaciones en las que obtiene placer al estar con la otra persona, divirtiéndote de cualquier manera. Por lo general, es algo que funciona para las dos partes.

Después habría que fijarse en las “amistades útiles”. Es decir, los compañeros de trabajos o gente con la que tienes un vínculo por la razón que sea, y que te hacen más llevadero el día a día. A veces, simplemente por compartir algunas aficiones en común. Dentro de este grupo estarían los conocidos de bar, el gimnasio, etcétera. 

Y por último, desde Harvard apuntan a las “amistades perfectas”. ¿Cuál sería entonces la diferencia entre una amistad placentera y una amistad perfecta? Pues que estas segundas no solo fomentarían el placer mutuo, que también, sino que habitualmente también se centran en mejorar las circunstancias de la otra persona. 

Como es natural, serían las amistades que más se prolongan en el tiempo y que tienen más presencia en la vida de una persona. 

Como decíamos, las tres son importantes, al menos para Brooks, y cumplen una función en particular. Todas son necesarias, al parecer, para ser más felices, que al final es de lo que se trata.