El silicio ha sido durante mucho tiempo la norma industrial para las células solares, gracias a su eficiencia, durabilidad y coste, pero los dispositivos actuales se acercan al límite máximo teórico de eficiencia.

La perovskita, por su parte, es un material que ha escalado rápidamente posiciones y amenaza con arrebatarle la corona. Pero el mejor resultado parece ser que estos dos materiales dejen a un lado su rivalidad y se unan.

Las células solares en tándem de perovskita y silicio son más eficientes que las de cualquiera de los dos materiales por separado, gracias a su capacidad para aprovechar distintas partes del espectro solar: la perovskita aprovecha mejor la luz azul, mientras que el silicio se centra más en las longitudes de onda rojas e infrarrojas.

El nuevo dispositivo HZB se compone de una célula superior formada por varias capas finas de perovskita y una inferior que hace lo mismo con silicio. Tener una serie de capas permite que los distintos colores de la luz se filtren hasta los niveles inferiores y minimiza las pérdidas eléctricas.

Las placas fotovoltaicas del futuro serán así

El resultado final es una célula solar en tándem de perovskita/silicio con una eficiencia del 32,5 %. Este nuevo récord, que ha sido verificado de forma independiente, es actualmente el más alto de cualquier tecnología fotovoltaica emergente según el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL).

Se trata de un avance considerable con respecto al anterior récord, del 31,25 %, alcanzado hace solo unos meses, mientras que el año anterior se quedó a las puertas del 30%. El equipo afirma que este último avance sitúa a la tecnología en un nuevo e importante ámbito.

Esta unión de materiales puede ser las células solares que marquen el futuro de las placas fotovoltaicas, primero por su bajo coste y segundo por su altísima eficiencia. El mundo de las energías renovables necesita de más esfuerzos en este campo.