5 películas de terror ambientadas en parques de atracciones: cuando diversión y miedo van de la mano
Con el paso de los años, los parques de atracciones se han convertido un escenario recurrente en muchas películas de terror. Aquí te presentamos algunas de las más recordadas.
Es posible que la línea que supera el placer del sufrimiento sea muy fina. De hecho, ¿acaso no se monta mucha gente en las montañas rusas o en las casas de terror para pasar un “buen mal rato”?
Quizá por eso, aunque los parques de atracciones asociados a la diversión, también han servido de escenarios a muchas películas de terror desde allá por los años 80 hasta ahora.
De hecho, junto a cementerios, casas encantadas y lugares por el estilo, son sin duda todo un clásico del género. Aquí te dejamos algunas películas de terror que se llevan a cabo en parques de atracciones. ¡Terroríficamente entretenidas!
La casa de los horrores (1981)
Dirigida por uno de los grandes del terror, Tobe Hopper, este clásico ochentero del director de Poltergeist (1982) o La matanza de Texas (1974) es habitualmente menos recordado que otros de sus clásicos, a pesar de que en su momento la crítica fue bastante benévola cuando se estrenó.
El argumento presentaba a un grupo de jóvenes que deciden visitar una casa del terror de una feria local. Sin embargo, lo que comienza como una travesura divertida se convierte en una lucha por la supervivencia cuando descubren que el lugar oculta un oscuro secreto: un asesino desfigurado que acecha en las sombras. Una idea repetidísima desde entonces.
Ghoulies II (1988)
Dentro del cine de terror de videoclub, la saga Ghoulies fue algo así como la serie B de la serie B, todavía en un lugar más bajo que los propios Critters. Pero pese a todo, estas criaturas hicieron cierta gracia entre los amantes del género. Su primera parte era una incalificable película de rituales y posesionas demoníacas.
En esta segunda entrega, en cambio, el protagonismo recayó más sobre las criaturas y la cinta pasó a ambientar en una típica feria norteamericana, pasando a ser más tópica y puede que también más entretenida.
Los payasos asesinos del espacio exterior (1988)
Aunque parte de una premisa inefable (un grupo de payasos espaciales que llegan a la Tierra en su carpa-nave con intenciones homicidas), este clásico de la serie B incluso ha inspirado un reciente videojuego.
Lo bueno de la película es que no se termina de tomar en serio a ella misma, con muertes realmente pintorescas y un diseño de los payasos que hacen que el propio Pennywise sea cosa de niños. La simpática estética ochentera y los toques de humor han provocado que no haya envejecido tan mal como otras, pese a todo.
La casa del terror (2019)
Harper, una joven que acaba de romper con su novio, decide salir a celebrar Halloween con sus amigos para no pensar en sus problemas románticos. No obstante, el destino que estos deciden visitar, una misteriosa casa del terror, termina por no resultar la mejor idea del mundo.
Aunque no es una propuesta especialmente original, esta especie de “Escape Room” de miedo resulta sorprendentemente entretenida, a pesar de su limitado presupuesto. Además, hay que reconocer que los directores Scott Beck y Bryan Woods hacen un trabajo eficaz detrás de las cámaras.
Horror Park (2024)
Un grupo de jóvenes gana una entrada VIP para visitar un parque de atracciones durante una noche, para ellos solos. Casualmente, la chica que trabaja en él resulta ser Fiona, una vieja conocida. Lo que comienza como una noche de fiesta y diversión, no tarda en volverse una sangrienta pesadilla.
Esta producción sueca sigue a pie juntillas todos los tópicos de los slashers clásicos, incluso en las muertes de los chavales. No aporta absolutamente nada al género, pero tampoco lo destroza, lo cual no es poco.
En definitiva, propuesta muy distinta y de décadas diferentes que tienen un denominador común: lo terrorífico que pueden llegar a ser los parques de atracciones. Montañas rusas, algodón de azúcar… ¡Y mucha sangre!
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