Microsoft ha logrado superar el último obstáculo para completar la adquisición de Activision Blizzard, el gigante de los videojuegos responsable de éxitos como Call of Duty, World of Warcraft y Candy Crush. 

El regulador de la competencia del Reino Unido, la CMA, ha dado su aprobación preliminar al acuerdo de 69.000 millones de dólares, después de que Microsoft modificara su propuesta original para abordar las preocupaciones sobre el mercado emergente del cloud gaming.

La CMA había bloqueado inicialmente la operación en abril, argumentando que podría permitir a Microsoft dominar el sector del cloud gaming, que consiste en transmitir juegos desde servidores en la nube sin necesidad de descargarlos o instalarlos en dispositivos locales.

Sin embargo, Microsoft ha presentado una nueva versión del acuerdo, según la cual no adquirirá los derechos de cloud gaming fuera de Europa para los juegos actuales y futuros de Activision para ordenadores y consolas. En su lugar, esos derechos serán vendidos a su rival francés Ubisoft antes de que se concrete la compra de Activision.

¿Qué implicaciones tiene la compra de Microsoft y Activision para el sector de los videojuegos?

Ubisoft podrá licenciar el contenido de Activision a cualquier proveedor de cloud gaming, incluyendo los servicios de suscripción que ofrecen varios juegos. Según Microsoft, este cambio implica que no podrá lanzar los juegos de Activision en exclusiva en su propio servicio de cloud gaming Xbox Cloud Gaming, ni controlar las condiciones de licencia de los juegos de Activision para los servicios competidores.

De esta forma, se garantiza una mayor competencia y diversidad en el mercado del cloud gaming, que todavía es un nicho pequeño pero con un gran potencial de crecimiento. La compra de Activision supone un gran impulso para la estrategia de Microsoft en el sector de los videojuegos, que es uno de los más rentables y populares del mundo.

Al incorporar a su catálogo las franquicias exitosas de Activision, Microsoft podrá atraer a más usuarios a su plataforma Xbox y a su servicio de suscripción Xbox Game Pass, que ofrece acceso ilimitado a más de 100 juegos por una cuota mensual.

Además, Microsoft podrá aprovechar la experiencia y el talento de los desarrolladores y creadores de Activision para crear nuevos juegos y experiencias innovadoras para sus clientes. La compra de Activision también le permite a Microsoft competir mejor con sus rivales Sony y Nintendo, que tienen sus propias consolas y servicios exclusivos.

La compra de Activision por parte de Microsoft es una de las mayores operaciones en la historia del sector de los videojuegos, y tendrá un impacto significativo en el panorama competitivo. Por un lado, se espera que impulse el desarrollo y la innovación en el ámbito del cloud gaming, al facilitar el acceso a los juegos sin necesidad de hardware específico o costoso.

La aprobación preliminar de la CMA es un paso importante, pero no definitivo, para que se cierre el acuerdo. La CMA ha abierto ahora un periodo de consulta pública hasta el 6 de octubre, en el que invita a las partes interesadas a presentar sus comentarios y observaciones sobre las medidas propuestas por Microsoft.

Después de analizar las respuestas, la CMA emitirá una decisión final, que se espera que sea favorable al acuerdo. Si todo va según lo previsto, la compra de Microsoft y Activision antes del 18 de octubre, que es la fecha límite que tienen ambas compañías para cerrar el trato.

La CMA era el último obstáculo regulatorio que quedaba para la compra de Activision, ya que las autoridades de competencia de Estados Unidos y la Unión Europea ya habían dado su visto bueno al acuerdo.

Microsoft todavía tendrá que hacer frente a otros desafíos legales y sociales, como las demandas colectivas de los accionistas de Activision, que consideran que el precio acordado es demasiado bajo, o las protestas de los trabajadores y los consumidores, que exigen cambios profundos en la cultura y la gestión de la compañía.