Elon Musk es un hombre acostumbrado al éxito. Tesla, SpaceX, son empresas que triunfan. Pero no consigue encontrar la forma de sacar a flote a Twitter, tal como él mismo ha reconocido.

Desde que Elon Musk compró Twitter, los anunciantes han huido en manada, y las medidas que ha tomado para generar ingresos, no han gustado a casi nadie.

Ayer sábado explicó en un tuit por qué la situación económica es tan mala en Twitter. Es algo que ya conocíamos, pero le honra que lo reconozca públicamente:

"Seguimos teniendo un flujo de caja negativo, debido a la caída del 50% de los ingresos publicitarios y a la pesada carga de la deuda. Necesitamos alcanzar un flujo de caja positivo antes de permitirnos el lujo de nada más."

Las deudas de Twitter y la caída de los ingresos publicitarios desde la compra de Elon Musk, son las losas que no consigue levantar. Sus declaraciones, a veces fuera de tono, no ayudan, y las medidas que ha tomado para monetizar a los usuarios, no han funcionado.

El cobro por la marca de verificación azul, por escribir tuits más largos, o el límite al número de tuits que se pueden ver al día, han sido un disparo en el pie.

Los problemas de Twitter

Para solucionar el problema, Elon Musk ha contratado a una nueva CEO, que se centrará justamente en eso: volver a traer a los anunciantes publicitarios. Pero de momento ha tenido poco tiempo para trabajar.

Por suerte para Elon, fuera de Twitter las cosas le van bien: Tesla ha batido el récord de coches vendidos, hoy mismo el primer cybertruck ha salido de fábrica, y vuelve a ser la persona más rica del mundo.

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 Este año ha ganado más de 90.000 millones de dólares, suficiente para volver a comprar dos veces Twitter.

Pero la red social está en verdadero riesgo de bancarrota, y el estreno de su gran rival, Threads, no ayuda. El propio Musk ha reconocido que la caída de la publicidad, y la deuda, son los grandes males de Twitter. El problema es que no encuentra la forma de resolverlos.