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Según la ciencia, estos son los hábitos y comportamientos que influyen más en el envejecimiento

La ciencia ha diferenciado entre la edad biológica y la edad que marca tu DNI y existen una serie de factores de riesgo que pueden hacer que la brecha sea más grande.

Según la ciencia, estos son los hábitos y comportamientos que influyen más en el envejecimiento

Getty Images

Las técnicas para frenar el envejecimiento son diversas, desde rutinas de ejercicio hasta cremas milagrosas. La ciencia ha diferenciado ahora entre la edad biológica y la edad cronológica, y a menudo no coinciden para muchas personas.

La edad cronológica es la que marca en el DNI, mientras que la edad biológica es la que tienen las células. La relación de ambos parámetros determina la salud de una persona y su esperanza de vida, aunque la biológica tiene un peso más importante.

Algunas enfermedad que no están relacionadas con el envejecimiento pueden aumentar la diferencia entre la edad cronológica y la edad biológica. Si la esperanza de vida es de unos 80 años, una persona que padece diabetes, osteoporosis o ha sufrido varios infartos podría vivir hasta 15 años menos.

Algunos investigadores han hablado de “sellos distintivos” o marcadores de envejecimiento para referirse a la edad de las células, recoge Eldiario.es. El ADN tiene un papel importante: los signos de la edad se guardan y se replican en las nuevas células, que conservarán las arrugas y las manchas.

Los factores que aceleran el envejecimiento

Los hábitos durante la vida y las condiciones ambientales a las que se expone una persona influyen en su envejecimiento. Un clásico es el tabaco con miles de sustancias tóxicas que dañan las células y el ADN. Los pulmones y la piel son los tejidos que se regeneran con mayor rapidez y los más afectados. 

El estrés crónico es otro factor que acelera el envejecimiento. Las respuestas frente a un evento que provoca estrés generan unos niveles elevados de cortisol que afectan a las mitocondrias. El sol con la radiación ultravioleta (UV) tiene un efecto similar dañando las células y el ADN, además de aumentar el riesgo de sufrir diferentes tipos de cáncer.

La exposición a contaminantes es igual de nociva que el tabaco y aumenta el conocido estrés oxidativo que acelera el envejecimiento. Las partículas que emiten los tubos de escape, los productos químicos industriales o la contaminación de las chimeneas pueden causar daño celular. Los microplásticos son la última preocupación de los científicos. 

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Los hábitos y el nivel de actividad durante la vida también influyen. El 40,3% de las mujeres españolas y un 32,3% de los hombres confiesan ser sedentarios. El sedentarismo está relacionado con hasta 34 enfermedades asociadas con el envejecimiento: diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño, enfermedades de las articulaciones y los huesos o trastornos psicológicos.

La obesidad también influye en un alto estrés oxidativo de las células. El exceso de grasa corporal causa cierta inflamación de los tejidos, acelera los daños que se producen en el ADN a lo largo de la vida y puede desactivar algunos de los mecanismos de reparación celular.

Los trastornos en el sueño no solo tienen un impacto en la calidad de vida de las personas, también aceleran el envejecimiento de las células. El cuerpo humano está diseñado para reparar los tejidos dañados y limpiar aquellos que no funcionan mientras duermes, si no puede realizar esta función con normalidad, se acumulan las células y el envejecimiento se acelera.

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Etiquetas: Consejos, Estilo de vida, Salud