A medida que poco a poco las personas van cumpliendo años, el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, desde el cáncer hasta enfermedades cardíacas y trastornos neurológicos, se va incrementando.

Pero, ¿qué tan útil es realmente medir la edad en función de los años que se ha vivido desde que naciste? Resulta que, para comprender mejor el riesgo de demencia y accidente cerebrovascular, es necesario adentrarse en la edad biológica de tu cuerpo, es decir, la edad que tienen tus células y no la que aparece en tu DNI.

Científicos han estado evaluando un enfoque más preciso para medir la edad interna del cuerpo. Esto se ha llevado a cabo observando los llamados relojes epigenéticos, que estudian los cambios químicos en el ADN a medida que se envejece, y utilizaron información de pruebas médicas, como la presión arterial y niveles de colesterol. 

Estos biomarcadores revelan la diferencia entre la edad biológica y la cronológica, lo que a menudo se traduce en un envejecimiento celular acelerado y un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con la edad.

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Un nuevo estudio pone a prueba la edad biológica de los pacientes y su edad real

Recientemente, un estudio llevado a cabo en el Reino Unido que puso en práctica esta idea examinó a más de 325.000 adultos de mediana edad y mayores para evaluar cómo la edad biológica se relaciona con determinadas enfermedades. 

Evaluaron la edad biológica analizando 18 biomarcadores recopilados durante los controles médicos realizados entre 2006 y 2010. Estos incluían presión arterial, glucosa en sangre, niveles de colesterol, marcadores de inflamación, circunferencia de la cintura y capacidad pulmonar.

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Luego hicieron un seguimiento a los participantes durante nueve años para evaluar los resultados. Estos revelaron que aquellos con una edad biológica mayor que su edad cronológica tenían claramente un riesgo mayor de demencia y accidente cerebrovascular, incluso después de considerar factores como genética, sexo y estilo de vida. 

"Imaginemos a dos personas de 60 años inscritas en nuestro estudio. Uno tenía una edad biológica de 65 años, el otro 60. El que tenía una edad biológica más acelerada tenía un 20% más de riesgo de demencia y un 40% más de riesgo de sufrir un derrame cerebral", explican.

Con esto han conseguido demostrar que la detección temprana de una edad biológica que se está acelerando podría permitir a las personas tomar medidas preventivas en su estilo de vida, como el ejercicio, una dieta equilibrada y suplementos nutricionales, con le objetivo de que uno tenga la vejez más saludable posible.

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Otro estudio de la Universidad de Stanford también ha identificado cuatro "tipos de edad" específicos: metabólico, inmunológico, hepático y nefrótico, que determinan cómo envejecen diferentes partes del cuerpo.

El tipo metabólico, por ejemplo, se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes tipo 2 debido al rápido envejecimiento del metabolismo. En contraste, un tipo inmunológico se relaciona con un sistema inmunológico que envejece más rápido, aumentando el riesgo de enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide y diabetes tipo 1.

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El tipo hepático se enfoca en el envejecimiento del hígado, lo que puede conducir a enfermedades hepáticas graves. Finalmente, el tipo nefrótico afecta a los riñones y aumenta el riesgo de hipertensión e insuficiencia renal.

Con todo esto, queda claro que la edad no determina tu destino, pero conocer tu estado biológico da a todos la oportunidad de realizar cambios saludables en el estilo de vida, como perder peso, dejar malos hábitos y controlar la presión arterial y los niveles de glucosa. 

La posibilidad de revertir la edad biológica poco a poco va ganando popularidad, con historias de personas que han logrado disminuir su edad biológica y mejorar su salud a través de cambios en el estilo de vida. 

La ciencia continúa evaluando estos factores y resolviendo los misterios de la edad biológica y su relación con la salud, con el objetivo de aumentar la esperanza de vida y tener un envejecimiento más saludable.