Un paseo en dron por la Puerta del Inframundo, la mayor cicatriz de Siberia
El cráter de Batagaika es una prueba viviente del cambio climático. El permafrost se derrite en Siberia, y el suelo se hunde: es la auténtica Puerta del Inframundo.
Lo llaman la Puerta del Inframundo, por los siniestros ruidos que se oyen por la noche, y porque se abre la tierra hacia las profundidades. El cráter de Batagaika es la mayor depresión del permafrost que hay en el mundo, y sigue creciendo año a año. Ahora podemos verla a vista de dron.
El cráter de Batagaika está situado en Siberia Oriental, en Rusia. Tiene un kilómetro de largo, 100 metros de profundidad, y crece entre 15 y 20 metros al año.
Este tipo de hundimientos de tierra, cada vez más frecuentes en Siberia, se deben al calentamiento global. El permafrost, el suelo congelado del norte de Rusia, se está derritiendo, y eso hace que se hunda.
La Puerta del Inframundo, a vista de dron
No solo es un peligro porque estos hundimientos aparecen del golpe, sino porque también liberan gases nocivos que pueden provocar explosiones, o intoxicaciones.
Por suerte, Siberia está casi deshabitada, así que estas depresiones del permafrost, no han provocado víctimas. Hace unos días, el canal RT de YouTube subió un vídeo de la Puerta del Inframundo a vista de dron, que merece la pena ver, porque es un espectáculo único:
Hace años esto era un paisaje helado, pero se ve claramente cómo el hielo de la tierra se ha derretido. Eso provocó el hundimiento del suelo. En el vídeo se pueden ver pequeños hilos de agua provenientes del hielo derretido.
El cráter de Batagaika es una preocupante prueba viviente del cambio climático. Pero también un tesoro para la ciencia. Los corrimientos de tierra han sacado a la luz capas de hace 200.000 años, que están siendo estudiadas para realizar un seguimiento de la evolución del clima.
Además, se han desenterrado mamuts, ciervos, lobos, y otros animales que han permanecido miles de años congelados en el permafrost, ahora derretido.
La Puerta del Inframundo o cráter de Batagaika, a vista de dron, es un espectáculo único. Pero también un recordatorio de que las previsiones más pesimistas de los científicos con el cambio climático, se están cumpliendo.
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