Método Slow Down, ¿cómo es el ejercicio de moda que desafía a la sociedad actual?
Enrique Luque de Gregorio
La vida actual suele ser trepidante pero, ¿es posible desacelerar y tomarse las cosas de otra forma? El método Slow Down propone renunciar a lo banal para disfrutar más del presente y cada momento.
La generación actual lo quiere todo, y lo quiere ya. Seguro que, al menos en alguna que otra ocasión has escuchado esta afirmación, que tiene mucho de verdad.
Una ambiciosa y trepidante forma de entender la vida que, en gran medida, viene condicionada por las muchas posibilidades de Internet, o la influencia de las redes sociales. ¿Pero y si esta no fuese la solución?
Así al menos lo piensan algunas personas, que han decidido tomarse las cosas de otra manera y optar por alternativas distintas, como el llamado método Slow Down, o Slow Life. Como su propio nombre indica, esto no es más que lo que podría llamarse “tomarse las cosas con calma”. ¿Pero en qué consiste realmente? ¿Y cómo puede influirte, quizá para bien?
Tomarse la vida de forma Slow Down
Básicamente, el método Slow Down es una especie filosofía de vida que se centra en desacelerar el ritmo frenético de la sociedad moderna y encontrar un mayor equilibrio, paz y satisfacción en el día a día. Quizá no renunciando a la forma de vida actual, pero al menos sí interpretándola de otra forma, y sin dejarse contagiar por ella en muchos aspectos apresurados.
Esta forma de vida, podría decirse, valora sobre todo la calidad sobre la cantidad, busca disfrutar de los momentos presentes e intenta reducir el estrés causado por la prisa, eliminando banalidades de la ecuación. ¿Suena razonable? Puede que sí, e incluso obvio, pero lo cierto es que resulta fácil dejarse arrastrar por una sociedad que tiende a los plazos y lo inmediato.
Si hay un término que tradicionalmente se asocia con la vida Slow Down es el de “desaceleración”. En lugar de pasar rápidamente de una tarea a otra, la idea consistiría en que te tomaras el tiempo necesario para realizar cada actividad con calma y atención plena. Incluso a la hora de comer, trabajar, socializar o simplemente leer un libro o ver una película.
Entonces, ¿de dónde sacar el tiempo para conseguir ese ritmo pausado? La respuesta del método Slow Down es sencilla: eliminando las banalidades de la ecuación. Por ejemplo, el tiempo que se ocupa en redes sociales o atendiendo a asuntos baladís. No porque las redes sean malas o buenas en sí mismas, sino porque esta filosofía busca justo lo contrario a lo que representan: sencillez y profundidad.
Un ejercicio contrario a las tendencias
En muchos sentidos, puede decirse que el método o filosofía Slow Down es radical, al menos si se compara con las tendencias que definen el mundo de hoy en día.
Para poner en práctica este ejercicio, es habitual renunciar al exceso de consumo. O lo que es lo mismo, comenzar por responder a una idea clave: ¿qué es realmente importante en mi vida y qué no?
Esto, debe aplicarse tanto a nivel material como social o, dado el momento actual, digital. Eliminando quehaceres que verdaderamente no te aporten, logras el tiempo para disfrutar de los que sí son realmente relevantes de manera más pausada y tranquila, teóricamente más individual. Es decir, todo lo contrario a lo que parece marcar la sociedad actual.
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