Juan Francisco León Catena es un ubetense que, en 2016, compró una casa vieja para remodelarla, y mudarse con su familia. Pero sus planes dieron un vuelco cuando, tras unos cuantos martillazos en la buhardilla, aparecieron extrañas columnas bellamente decoradas. Había encontrado una importante iglesia del siglo XIV.

Extrañado, tiró también las paredes del segundo y primer piso, y ocurrió lo mismo. Había una iglesia oculta tras los muros de su casa, en el número 10 de la calle Cava, en Úbeda:

Rápidamente, paralizó las obras, y se puso en contacto con el Ayuntamiento de Úbeda, para informar del extraño hallazgo que había encontrado. Un auténtico tesoro.

Tres meses después, en febrero de 2017, varios técnicos de la Junta de Andalucía analizaron lo que había descubierto. Se trataba de la fachada sureste de la iglesia del Santísimo Sacramento, que pertenecía al antiguo hospital de San Jorge, o de Pero Almindes.

La iglesía había sido construida en 1347 por el arquitecto Andrés de Vandelvira, responsable de los principales edificios históricos de Úbeda, que fueron clave para que la Unesco la declarase Patrimonio de la Humanidad.

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Era un descubrimiento arqueológico importante, y Juan Francisco León Catena se había comportado de forma ejemplar. Había detenido las obras de la casa de inmediato, no había tocado ni una piedra de la iglesia, y había informado enseguida al ayuntamiento.

Bajo la normativa de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, a Juan Franciso le correspondía una recompensa del 50% del valor del hallazgo, por descubrimiento casual de patrimonio histórico, y por haberse comportado ejemplarmente.

Incluso se ofreció o ceder parte de su casa para despejar la fachada y que todos los ubetenses pudieran disfrutar del descubrimiento. Llegó a hacer una recreación por ordenador de cómo se vería la fachada, una vez restaurada:

Sin embargo, en 2018, la Junta de Andalucía le negó cualquier recompensa. Según cuenta el medio local Ideal Úbeda, Juan Francisco contrató a un bufete de abogados experto en reclamaciones relacionadas con el patrimonio histórico, y llevó el caso al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que le dió la razón.

Ahora este ubetense que descubrió una iglesia de hace casi 700 años tras tirar una pared en su casa, va a invertir el dinero que le den en reformar la fachada, y acondicionar el lugar para que todo el mundo pueda disfrutar de su hallazgo. Sin duda, un ciudadano ejemplar.