Limpiar la casa: una tarea tan necesaria como temida. Ante el reto de mantener mi casa en orden, decidí probar con una técnica que prometía simplificar el proceso: la regla 20/10, una estrategia de limpieza propuesta por la autora Rachel Hoffman en su libro Unf*ck Your Habitat. 

¿Funcionaría realmente para alguien que tiene poco tiempo y suele dejar siempre este aspecto para lo último? Era hora de probarlo, así que estuve una semana poniéndolo a prueba, y viendo si realmente es una buena técnica para dejarla fijada en mi hogar.

Primero, ¿en qué consiste exactamente la regla 20/10? La premisa es sencilla: dedicar 20 minutos a la tarea de limpieza más intensa, seguidos de 10 minutos de descanso. Parece simple, pero la efectividad radica en la concentración máxima durante esos 20 minutos. 

El libro ofrece consejos para realizar las tareas más temidas y para cambiar su perspectiva sobre el desorden, pero quizás la conclusión más importante es saltarse las limpiezas maratónicas. ¿Por qué? Bueno, hay algunas razones que Hoffman explica en el libro. Por un lado, conduce a una mentalidad de todo o nada, que simplemente continúa el ciclo de dejar que las cosas se acumulen con el tiempo.

También puede ser poco saludable, ya que “muchas personas manifiestan ansiedad o episodios maníacos con una limpieza maratónica” y se puede empezar a asociar la limpieza con sentirse enfermo o angustiado. También es una solución temporal e insostenible que no te ayuda a desarrollar hábitos saludables y útiles.

La autora argumenta que este enfoque permite realizar las tareas de manera más eficiente y evita el agotamiento, convirtiendo lo que solía ser una montaña en una serie de pequeñas colinas más manejables.

La regla, como antes he explicado, en muy sencilla y, en otro artículo de Computer Hoy se explica paso a paso. Para aplicarlo en tu vida diaria, solo tienes que:

• Elige una habitación o área de tu casa que quieras limpiar.
• Selecciona una tarea específica que quieras completar.
• Establece un temporizador de 20 minutos y limpia sin parar. 
• Pasado el tiempo toma un descanso de 10 minutos. 
• Repite los pasos hasta que hayas terminado de limpiar la habitación. 

“Los descansos son importantes por varias razones, principalmente para demostrar que puedes parar cuando lo necesitas o quieres, y también porque interrumpen la parte de tu proceso de pensamiento que quiere convertir una sesión de limpieza en una maratón. Entonces, si bien es posible que todavía te tome varias horas realizar una tarea o proyecto, lo estás dividiendo en partes viables que te permiten hacer otras cosas más agradables en el medio para no perderte ni abrumarte por tu tarea", explica la autora y creadora del método.

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Así es como yo puse en marcha la regla 20/10 para limpiar mi casa y evitar los maratones de fin de semana

Partamos de la base de que yo suelo hacer una limpieza a fondo de mi casa una vez por semana, aunque los cuartos de baño los limpio dos veces y la cocina suelo mantenerla limpia siempre tras haber cocinado.

Con todo esto ya explicado, sí que es cierto que esa tarea general que implica aspiradora, fregar suelos y hacer una limpieza más completa me resulta realmente pesado y siempre intento ver qué día estoy de mejor humor o lo voy postergando si veo que no me dan las fuerzas.

Siempre cae en fin de semana, así que me toca decidir qué día, sábado o domingo, toca remangarse para limpiar la casa. 

Teniendo ya clara esta premisa, y ya yendo a mi experiencia probando esta regla 20/10, decidí aplicarla cada día con una estancia en concreto de mi casa. Es decir, en vez de un día a la semana dedicar más tiempo a una limpieza general, he estado limpiando habitación, cocina, baño, salón… un día en concreto.

Decidí empezar el lunes con los cuartos de baño, una tarea que a menudo la he dejado siempre para el final. Los 20 minutos iniciales es cierto que empiezas con energía. Me dio tiempo a limpiar la ducha, los azulejos y el lavabo, pero hasta ahí llegué. 

Cuando el temporizador de mi móvil sonó, me di cuenta de que solo había limpiado una cuarta parte de lo que realmente tenía que hacer —y la verdad es que tampoco estaba tan cansada como para necesitar parar 10 minutos a hacer nada—.

Me tocaba hacer esa pausa de 10 minutos que indica la regla y la verdad es que me sentí bastante obligada. Al final es como cuando estás haciendo un trabajo creativo, concentrada, y de repente alguien te interrumpe. Acabas perdiendo el hilo y esa energía totalmente focalizada. Con este me ocurrió igual.

Una vez que acabó el "descanso" me tocó finalizar lo que había dejado a medias, con menos ganas, eso sí, y sin sensación de haber descansado porque, básicamente, no estaba cansada. Sentí que al final estaba dedicando más tiempo entre descansos y retomar el trabajo que lo que realmente tardo en limpiar un cuarto de baño.

Imagínate cuando me tocó al día siguiente pasar la aspiradora a toda la casa. Normalmente tardo unos 45 minutos y es cierto que son agotadores. Sin embargo, con esta regla, el martes estuve más de una hora pasando la aspiradora y, en vez de sentir que todo se volvía más fácil y rápido, tenía la sensación que solo estaba perdiendo el tiempo.

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Mi opinión tras haber probado esta regla de limpieza durante una semana

Después de probar la regla 20/10 en diferentes zonas de mi casa durante una semana, tengo una sensación agridulce, y, por así decirlo, creo que, en mi caso, veo más puntos en contra que a favor. 

Esa estructura de tiempos tan definida es, sin duda, útil para mantener una limpieza en orden y evitar la sensación abrumadora que suele acompañar a los grandes maratones de limpieza de fin de semana, es cierto.

No obstante, noté que seguir el enfoque de la regla 20/10 puede no ser siempre compatible con ciertos estilos de vida o ciertas personas. Algunas requieren más tiempo y atención, mientras que otras necesitas varios ciclos de 20 minutos para limpiarlo todo a fondo. 

Al final, lo que puedes resolver en una hora, te toca investir casi dos para al final hacer lo mismo, habiendo perdido tiempo muy valioso por el camino.

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En mi caso, aunque acabe cansada, siento que tengo energía suficiente para hacer una limpieza a fondo seguida sin agotarme demasiado. Es cierto que esta regla puede aplicarse quizá a mantener tu casa organizada también durante la semana, pero en mi caso obviaría esos 10 minutos de "descanso" y quizá haría una pequeña parada de dos o tres minutos.

Aunque la regla 20/10 es una herramienta valiosa, creo que su verdadero poder radica en la capacidad de adaptarse. Personalizar el método según la tarea específica y a mi propio ritmo parece ser la clave para una experiencia de limpieza que se encuentre en un término medio. 

Como conclusión, y dado que cada casa es única y cada persona tiene sus ritmos, encontrar el equilibrio perfecto entre eficiencia y flexibilidad se convierte en la clave, como siempre suelo decir con estos métodos, para que no sientas que el tiempo juega en tu contra, pero, a la vez, tengas una disciplina con respecto a la limpieza de tu casa.