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La batería que Thomas Edison creó hace más de 100 años podría revolucionar el futuro

Thomas Edison

Forbes

Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

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Hace más de un siglo, Thomas Alva Edison exploró un camino revolucionario al desarrollar una batería de níquel-hierro capaz de proporcionar a los vehículos más de 1.600 kilómetros de autonomía.

A pesar de que Edison es a menudo recordado por su ingenio en la invención, su legado también lleva consigo la gran sombra de supuestas apropiaciones de patentes. Sin embargo, un hallazgo histórico podría volver a capturar la atención del mundo actual, ya que la investigación en las baterías resurge después de un largo periodo parado.

La batería de níquel-hierro, inicialmente propuesta por Ernst Waldemar Jungner, se convirtió en una innovación pionera en manos de Edison. Esta tecnología no solo marcó un antes y un después en los coches eléctricos de la época, sino que también presentó desafíos que posteriormente llevaron a su declive. 

Las dimensiones enormes y el elevado coste de producción en comparación con las baterías de plomo-hierro, además de la emisión de hidrógeno que provocaba dudas en torno a la seguridad, contribuyeron a su reemplazo por los motores de combustión que empezaban poco a poco a ganar terreno.

A pesar de que Edison estuvo a punto de firmar una asociación con General Motors para comercializar un vehículo eléctrico equipado con su batería de níquel-hierro, el proyecto nunca llegó a materializarse completamente

Coche eléctrico cargando

Una idea de hace 100 años que podría tener un gran futuro

No obstante, recientemente se ha reavivado el interés por este tipo de batería en diversas universidades. Los estudios actuales revelan una eficiencia energética impresionante de entre el 80% y el 90%, lo que sugiere un potencial renovable prometedor.

La reaparición de esta tecnología es perfecta para el momento que se vive actualmente, considerando el contexto del mundo energético y las crecientes preocupaciones ambientales. Las baterías de litio, que se han convertido en las grandes usadas a día de hoy, a menudo sufren de ineficiencia y limitada autonomía. 

La resurrección de la batería de níquel-hierro podría ofrecer una solución alternativa y sostenible para enfrentar estos problemas. Sin embargo, la adaptación a los vehículos actuales requiere reducir su tamaño y encontrar formas de hacerlas viables para el transporte moderno.

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Redactora de Tecnología, especializada en inteligencia artificial y ciberseguridad.

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