El mercado de los coches eléctricos será uno de los más importantes para las próximas décadas, y China parece llevar en la delantera a la hora de producir estos vehículos que va a estar presentes en las carreteras de todo el mundo.

Y el Reino Unido se teme lo peor, porque sospechan que los coches eléctricos chinos importados pueden ayudar a alcanzar los objetivos netos de contaminación cero, pero también ser los garantes para poder espiar a los británicos.

Fuentes del gobierno británico han expresado su preocupación sobre que la tecnología integrada en los vehículos eléctricos importados de China pueda acabar recopilando grandes cantidades de información entre las que figurarían datos de ubicación, grabaciones de audio y mucho más.

No obstante, distintos parlamentarios advierten al gobierno actual que Gran Bretaña estaría cediendo el control de infraestructura crítica de su mercado de automóviles a Pekín.

Según señalan desde The Telegraph, una fuerte gubernamental, ha señalado: “Si se fabrica en un país como China, ¿qué tan seguro puede estar de que no será un vehículo para recopilar información y datos? Si tienes vehículos eléctricos fabricados por países que ya están usando tecnología para espiar, ¿por qué no harían lo mismo aquí?”.

Por otra parte, la anterior ministra de Interior, Dame Priti Patel, ha señalado que: “Estos son riesgos realistas. Todo lo que tenemos que hacer es ver cómo el gobierno se vinculó con cosas como 5G”.

Así sería posible una hipotética vigilancia remota

Los principales culpables serían la existencia de módulos celulares, pensados para la vigilancia remota.

Estos componentes se encuentran en una gran gama de dispositivos modernos, no solo coches, sino también ordenadores, cargadores y electrodomésticos, y gracias a los mismos se pueden establecer conexiones en Internet para transmitir grandes cantidades de datos.

De esta forma, estos módulos son capaces de monitorear, y procesar todo tipo de actualizaciones para mejorar al vehículo.

Pero sospechan, que este tipo de tecnología también podría utilizarse para el espionaje.

China domina el mercado global en el suministro de este tipo de módulos, y no descartan que lo puedan acabar utilizando en los vehículos eléctricos.