Seguro que te ha sucedido en alguna ocasión: estar en una reunión de trabajo, con amigos, familiares o donde sea y ver que alguien no hace caso a nada más que no sea el móvil. 

Esta costumbre, que de alguna forma ha pasado de ser un gesto de cierta grosería a estar aceptado socialmente, tiene un nombre: phubbing. Y en algunos casos, puede ser bastante perjudicial. 

Es cierto que todos en un momento dado echamos mano del teléfono incluso en mitad de una conversación con alguien, pero, ¿cuándo este tipo de comportamientos puede pasar a considerarse problemático? Y sobre todo, ¿qué consecuencias puede llevar a generar en la salud, o en las relaciones sociales?

¿Qué es el phubbing y en qué consiste? 

Como tantos otros anglicismos vinculados últimamente a la tecnología, el phubbing es un térmico creado a partir de dos palabras inglesas: "phone" (teléfono) y "snubbing" (ignorar). Solo con ello es fácil hacerse una idea de en qué consiste: ponerse con el móvil y no prestar atención a la persona o personas que se tenga alrededor. Una práctica muy común, la verdad.

Lógicamente, hoy en día las supuestas “tentaciones” que forman parte del teléfono tienen cada vez más peso: atender a una conversación por WhatsApp, prestar atención a las reacciones de una foto publicada en redes sociales, etcétera. Pero el phubbing no es únicamente una cuestión de buena o mala educación, o deferencia hacia los demás, sino que sus consecuencias pueden ir más allá. 

Para empezar, está lo más evidente. El phubbing puede hacer que las personas se sientan ignoradas, menos valoradas o menos importantes, lo que puede generar resentimiento o incomodidad en una relación. Es decir, dificultar la construcción de relaciones sólidas y significativas, ya que puede afectar a la complicidad, la capacidad de entendimiento o la intimidad entre dos personas.

Pero más allá de eso, también puede tener consecuencias en el bienestar emocional y mental. Está demostrado que, a la larga, el uso excesivo de dispositivos móviles y la desconexión de la interacción cara a cara pueden contribuir a sentimientos de aburrimiento, ansiedad y depresión. De hecho, cada día más gente parece sentirse sola, pese a todo. 

El phubbing y el estrés

Otro de los problemas asociados habitualmente al phubbing se encuentra en el estrés. Y esta vez por partida doble: tanto para quien lo provoca como para la persona que lo sufre. La primera, por la ansiedad que puede generar estar intentando prestar atención a dos (o varias) cosas al mismo tiempo, lo cual suele terminar porque no quedes bien con ninguna. 

La segunda persona, por su parte, suele desarrollar una sensación de incomodidad, provocada por sentir que no recibe la atención que supuestamente el momento requeriría. 

¿Cómo evitar el phubbing? Esta es la pregunta más complicada de todas. Aunque la respuesta parece sencilla, dejar el teléfono y hacer caso a quien tengas enfrente, el problema radica en que no siempre se es consciente cuando estás haciendo phubbing. Lo más determinante, por lo tanto, es aprender a darse cuenta de ello.