Sadfishing: cuando la tristeza ayuda a conseguir “likes” en redes sociales
Enrique Luque de Gregorio
- Suele definirse el "sadfishing" como una forma de compartir las penas por redes sociales.
- ¿Hasta qué punto se trata de un postureo para atraer la atención y la compasión de los usuarios?
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El impacto que las redes sociales genera en la sociedad actual es enorme. Tanto, que ya existen términos para definir determinadas costumbres que, regla general, tienden a repetirse con bastante frecuencia, ya sea en personajes famosos o en los usuarios en general. Algunas de estas prácticas, además, despiertan reacciones muy distintas dentro de la comunidad.
Es lo que sucede precisamente con el “sadfishing”, un anglicismo que viene a definir a aquellas personas que utilizan conscientemente ciertas debilidades para generar una impresión en los demás. Pero la gran pregunta que mucha gente se hace es: ¿hasta qué punto esta supuesta vulnerabilidad es cierta y hasta dónde una estrategia para generar “likes” en sus perfiles?
¿Qué es el sadfishing y por qué encaja en la sociedad actual?
La primera vez que se escuchó hablar del sadfishing fue allá por 2019, cuando la escritora Rebecca Said empleó este término para referirse a aquella gente que comparte su tristeza o sus desdichas (por ejemplo, un problema emocional o de salud mental) en sus redes sociales. Desde entonces, el fenómeno, si se quiere catalogar así, no ha hecho más que crecer.
Para entender qué significa de forma pormenorizada, nada mejor que recurrir a la traducción literal de la palabra. “Sad”, en inglés significa “triste” o “tristeza”, y “fishing” quiere decir “pescar”. Si se parte de esa base, es fácil entender a qué se refería Rebecca Said cuando acuñó el concepto: usar la pena para conseguir atraer la atención de la gente.
Esta práctica no es exclusiva de redes sociales, eso es cierto. Actualmente, muchas celebridades aprovechan sus apariciones públicas para compartir problemas y vejaciones que han experimentado a lo largo de su vida: maltratos, abusos, acosos, etcétera. Algo con lo que de alguna forma también logran notoriedad, acaparar titulares, y les hace parecer “más humanos” o fuertes ante las adversidades.
Es decir, una tendencia radicalmente opuesta a la que solía ser habitual en décadas anteriores, cuando los famosos siempre procuraban transmitir una imagen, si no de perfección, sí de seguridad y fortaleza. Este cambio demuestra la sensibilidad de la sociedad actual (en ocasiones, excesiva para algunos) y explica bien por qué el sadfishing cada día es más habitual.
Los peligros del sadfishing
El primer problema que presenta el sadfishing radica precisamente en su ambigüedad. ¿Cuándo una publicación triste en Internet o una red social es auténtica, por así decirlo, y cuándo es mero postureo para conseguir la atención y las valoraciones de los usuarios? Detectar unos casos y otros puede depender más del criterio o la intuición personal que de una base objetiva.
Y luego, claro está, se encuentra el efecto contagio. Muchos jóvenes están fuertemente influenciados por lo que ven en redes sociales, ¿hasta qué punto pueden afectarles los casos de lástima, depresión o incomprensión que llegan desde el mundo digital?
Teniendo en cuenta que se trata de un fenómeno relativamente reciente, quizá todavía sea pronto para poder analizar en profundidad las repercusiones reales que el sadfishing puede tener en el conjunto de la población, sobre todo en aquella de menor edad. Pero lo que está claro es que las redes sociales han transformado la forma de comportarnos los unos con los otros.
Si para bien o para mal, seguramente dependa de a quién le preguntes.
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