Tras meses y meses de espera finalmente la nueva serie de Resident Evil exclusiva para Netflix llegó el pasado 14 de julio bajo una semana bastante discreta y con una narrativa que se alejaba de las franquicias de videojuegos para ofrecer su propia visión, una visión que no ha gustado ni a críticos ni a aficionados.

Hay series que nacen para triunfar y otras que nacen para fracasar, y desde el estreno de Resident Evil se sabía que tenía poco futuro, ya lo dijimos en nuestra crítica en una serie que perdía interés con el paso de los minutos, y también en unas opiniones del público que no la dejaban en muy buen lugar, y finalmente a Netflix no le ha temblado el pulso al ver la baja repercusión de la serie entre el TOP 10 de visualizaciones.

Quizás porque Resident Evil tuviera la mala suerte de lanzarse justo después de la cuarta temporada de Stranger Things, o quizás por querer marcar un nuevo camino fuera de la famosa licencia de Capcom, no llegó a ser casi nunca una de las piezas de contenido más vistas durante las primeras semanas.

Como aclaran en Deadline, la serie de Resident Evil debutó en el número 2 con 72,7 millones de horas de visualización, y en una semana 2 donde acumuló unas más que discretas 73,3 millones de horas.

Sin embargo, en semanas posteriores desapareció de golpe del Top 10, dejando bien claro que al público no le interesaba su propuesta.

Si en la primera temporada de la serie de Resident Evil se dejaron las puertas abiertas a una segunda temporada, los aficionados tendrán que seguir esperando a una serie de la licencia que se mantenga fiel.