El gobierno de los Estados Unidos trata de luchar contra la ciberdelincuencia en este nuevo mundo de las criptomonedas, que ha surgido hace no demasiado y que se encuentra en su máximo esplendor tanto en positivo como en negativo.

En los últimos años, el gobierno americano ha destapado numerosos casos de cibercrimen relacionado con el mundo cripto. Ha conseguido devolver cantidades estratosféricas de criptomonedas a las arcas del estado.

"En 2020, fue de hasta 137 millones de dólares. Y en lo que va de 2021, estamos en 1.200 millones de dólares", dijo Jarod Koopman, director de la división de Servicios Cibernéticos y Forenses del IRS a CNBC este verano (Cabe resaltar que el año fiscal terminó el 30 de septiembre).

Una de las últimas incautaciones ascienden a un valor de 56 millones de dólares en criptomonedas que las autoridades confiscaron como parte de un caso de esquema Ponzi que involucra el programa de préstamos de monedas digitales offshore BitConnect. Esta incautación procederá a ser subastada.

Sin embargo, a diferencia de otras subastas, donde los ingresos se redistribuyen a diferentes agencias gubernamentales, el efectivo de esta venta de criptomonedas se utilizará para reembolsar a las víctimas del fraude.

Sin embargo, según aseguran lo expertos, "el gobierno suele estar más de unos pocos pasos por detrás de los delincuentes cuando se trata de innovación y tecnología", afirma Jud Welle, un ex fiscal federal de delitos en la red. No se trata de una tarea sencilla pese a la cantidad de dinero que consiguen recuperar. 

Y es que este proceso de incautación y posterior venta de criptomonedas (para convertirlo en moneda fiduciaria) del gobierno, está creciendo tan rápido que acaba de solicitar la ayuda del sector privado para administrar el almacenamiento y las ventas de tokens.

A medida que aumenta el cibercrimen, y la relación con el mundo de las criptomonedas se espera que las arcas criptográficas del gobierno americano aumenten aún más a cada año que pase.