En el baño, como en la mayoría de la casa, cada uno tiene sus reglas. Unos tiran de la cadena de una forma, otros usan las toallas de otra...

Aunque parezca que todas son válidas si cumplen su función, no es así. Algunas de ellas están mal hechas, y vamos a explicarte la razón, según médicos y expertos en limpieza que ha recopilado la web The Healthy.

Por ejemplo, ¿te lavas las manos o el cuerpo con agua caliente porque piensas que así el enjabonado es más efectivo? En el caso de la piel, no es así. El agua templada o fría es igual de efectiva a la hora de eliminar gérmenes en la piel, y además consume menos energía, y no reseca tanto la piel como el agua caliente.

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¿Tiras de la cadena sin cerrar la tapa del inodoro? Gran error. Un estudio de la Universidad de Arizona demostró que la presión del agua de la cadena puede lanzar material fecal a 2 metros de distancia, fuera del inodoro. Cierra siempre la tapa antes de tirar de la cadena.

¿Limpias la bañera o el lavabo a temperatura ambiente? Los productos de limpieza son más efectivos a unos grados centígrados por encima de la temperatura ambiente. Rocía la bañera o el lavabo con agua muy caliente antes de limpiar, para que los productos funcionen mejor.

¿"Aprietas" demasiado cuando estás sentado en el inodoro? Esto puede provocar pequeñas fisuras anales, y favorecer la aparición de las temidas hemorroides. Tómatelo con calma y ve poco a poco... 

La mayoría de la gente usa demasiado papel. Aunque no lo parezca, el papel higiénico es abrasivo y produce irritación. Si necesitas usar más de dos trozos de papel, cambia a las toallitas.

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¿Limpias el cepillo de dientes solo con agua? Eso no elimina las bacterias. Límpialo de vez en cuando sumergiéndolo media hora en vinagre, que es antibacteriano. Y luego aclara bien para quitar el sabor, claro... Cada 3 meses, cambia de cepillo.

También es muy común frotar demasiado mientras te duchas, porque creemos que así limpiaremos mejor. Pero de nuevo, la piel no es como la ropa, o un mueble. No hace falta frotar para limpiarla, porque pierde su protección natural. Usa una esponja muy suave, o incluso las manos con jabón. Así es suficiente.

¿Te limpias los dientes moviendo el cepillo hacia arriba, o hacia los lados? Ambas formas no son óptimas. La mejor manera es sujetar el cepillo en un ángulo de 45 grados hacia arriba para la fila superior de dientes y hacia abajo para la fila inferior. Este ángulo es óptimo para limpiar bajo la línea de las encías, donde a menudo se esconde la placa. Muévelo en pequeños círculos.

La mayoría de las personas no se aclara lo suficiente cuando se ducha. Si no eliminamos el jabón por completo la pie se reseca, y empeora el acné.

¿Te secas frotando la toalla con firmeza por todo el cuerpo? Así estás eliminando la barrera protectora de la piel. La forma correcta de secarte es dándote palmaditas con la toalla en la piel.

Seguro que alguno de estos consejos te resultan muy útiles...