A priori puede resultar sencillo reconocer un buen pan integral antes de comprarlo. Pero decimos "a priori" porque no la elección tiene mucha más miga de lo que parece. La variedad de productos, la apariencia física y las prisas pueden llevarnos a una elección errónea. Para evitar este tipo de errores, en este post te explicamos cómo elegir un buen pan integral.

En la gran mayoría de las ocasiones no nos damos cuenta de que no se trata de un pan integral como tal hasta que no tenemos el producto en casa y lo abrimos para comerlo. Es en ese momento cuando caemos en la cuenta de que lo que hemos comprado (o nos han vendido) como tal resulta que no lo es tanto.

Con el fin de acertar en nuestra elección, te contamos cuáles son las maneras de saber si un pan es 100% integral o si están tratando de hacerlo pasar como tal. A raíz de un mayor interés por parte de los consumidores por saber qué comemos, de leer el etiquetado de los alimentos, de apostar por productos saludables, ricos en fibra e integrales, aumenta la confusión sobre qué alimentos estamos echando al carrito de la compra.

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Unas dudas que podemos resolver con estas sencillas comprobaciones. El pan integral contiene el grano molido con sus tres componentes: el salvado (la cáscara), el germen (donde están las proteínas) y el endospermo (la glucosa). Pero en los lineales de las tiendas en muy pocas ocasiones encontramos pan integral al completo.

De acuerdo con la Legislación Española sobre Pan Integral, únicamente es necesario incluir en la etiqueta de cada producto un tanto por ciento de harina de grano íntegro para que se considere "pan integral", una cifra que en muy pocas ocasiones supera más del 50 por ciento de los componentes del pan.

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En vista de la ausencia de una mayor regulación en este sentido, desde la OCU recurren a los criterios fijados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el cual establece que un alimento es integral si cuenta con estos ingredientes:

• La harina integral o el grano entero son el ingrediente principal
• Las restantes harinas incluidas reciben también la denominación "integral"
• Los azúcares no son los uno de los tres ingredientes principales
• La relación hidratos de carbono/fibra es menor de 10:1

Por su parte, desde La Vanguardia apuntan a que una de las cuestiones más confusas es creer automáticamente que un pan con semillas es integral automáticamente. Y más aún si lo pone en la etiqueta en letras grandes. Estas palabras únicamente significan que cuenta con este componente, pero tenemos que detenernos a mirar el etiquetado para saber el porcentaje real en cada caso (si no hubiera se trataría de publicidad engañosa).

Lo mismo ocurre con el pan negro integral, que no deja de ser más que contar con una mayor cantidad de harina de centeno (con el grano negro). De nuevo en estas situaciones, en la parte trasera del producto encontramos más detalles.

[Fuente de la imagen: ThinkStock]