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Llegan a España las terrazas cronometradas: tiempo máximo para tomarse la cerveza y mínimo de comensales

Cervezas en una terraza
Getty Images

Si hay algo que diferencia a España del resto de países europeos es que, si vas a un bar, lo mejor que puedes hacer es pedir una mesa en la terraza. Hace buen tiempo casi todo el año y en la calle hay siempre buen ambiente. Por eso, algunos bares quieren sacar el máximo provecho.

Con la llegada de la pandemia, las terrazas vivieron una explosión como nunca antes. Si bien una mesa y unas sillas en la calle eran como un premio para el fin de semana, ahora es como ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos.

Primero porque estar en la calle en primavera y verano es un gusto en casi cualquier zona de España, donde  la vida se abre la camino y no te sientes encerrado. Y segundo porque al aire libre es donde recomiendan los médicos que hagamos la vida social, de cara a evitar contagiarnos de COVID.

Y si algo caracteriza al mundo de la hostelería es intentar sacar el máximo provecho, o eso nos han dado a entender durante décadas. Por eso la última medida, sin bien bastante ruin, puede no sorprenderte lo más mínimo.

En el centro de Barcelona, ciudad líder en turismo internacional de España, hay bares que han comenzado a contar el tiempo que pasamos en las terrazas. Llegando a poner horarios dependiendo de lo que pidamos.

Y no solo vigilan qué consumimos, si no también cuantos comensales somos para comer o beber algo. De esta forma, los hosteleros quieren maximizar sus ingresos en función de sus mesas en la terraza.

Según informan en El Periódico, los bares de la Ciudad Condal han comenzado a establecer horarios para las consumiciones: un refresco o una caña da permiso para 30 minutos en la terraza; si pedimos comida el tiempo aumenta hasta la hora. Pero nunca más.

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Y lo mismo con los comensales, hay lugares que no te dejan sentar si vas solo, mínimo aceptan parejas, para así aumentar el rendimiento económico por mesa. Y si el bar está solicitado tampoco puedes ir en pareja, el mínimo aumenta a cuatro comensales por mesa.

De esta forma, los bares se han empezado a convertir en lugares donde tenemos que estar echando monedas para poder pasar un rato agradable con nuestros amigos, y no en sitios donde pagamos por comer y beber tranquilamente, sin tener que estar mirando el reloj cada 15 minutos.

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Etiquetas: Turismo