Un equipo de científicos de la Universidad de Montreal (Canadá) ha llevado a cabo un importante avance en la lucha contra el sida. Los investigadores han desarrollado una nueva técnica para encontrar y destruir los reservorios ocultos de VIH en las personas que están recibiendo un tratamiento antirretroviral, lo que allanaría el camino para curar la enfermedad.

Los reservorios son las células y los tejidos en los que el virus persiste a pesar de la terapia antirretroviral. El VIH vive y se replica en un tipo particular de glóbulos blancos, los linfocitos T CD4 +. Aunque los medicamentos suelen tener éxito en el control de la carga viral de las personas infectadas para la prevención de la progresión de la enfermedad, algunos virus quedan ocultos durante años y se pueden reactivar si los pacientes dejan su tratamiento.

“Podemos hacer que el virus se ‘despierte’ y, así, encontrar las células en las que se ha permanecido escondido. Unas células cuyo número es ciertamente escaso: uno entre un millón”, explica el Dr. Daniel E.Kaufmann, director de la investigación. “Se trata de un nivel de precisión sin precedentes que abre la puerta a una monitorización individualizada de los pacientes seropositivos y que podría facilitar el desarrollo de tratamientos personalizados”.

El equipo de científicos ha desarrollado una técnica innovadora para la detección de esos reservorios. El procedimiento permite tomar una “foto” de cada célula individual que oculta el virus con una precisión hasta 1.000 veces mayor que las tecnologías actuales. Su eficacia ha sido demostrada en un ensayo clínico que se ha llevado a cabo con 30 pacientes.

Nuevos avances para encontrar una vacuna contra el VIH

Una vez que los escondites del VIH han sido localizados, los investigadores pueden aplicar una estrategia para eliminarlo en dos etapas. En primer lugar, se despierta el virus de su estado latente en las células, lo que hace que sea visible para el sistema inmunológico o los medicamentos para poder destruirlo.

Antes de llegar a un tratamiento potencial para los seres humanos, los investigadores tienen la intención de evaluar la eficacia de nuevos fármacos para despertar los reservorios del virus en monos. Si son bien tolerados, los ensayos clínicos comenzarán dentro de pocos años.