Se ha hundido un carguero con 4.000 coches deportivos del Grupo Volkswagen, la mayoría de lujo

A mediados de febrero nos hicimos eco del incendio que estaba sufriendo el barco Felicity Ace cuando viajaba desde Alemania a Rhode Island, EE.UU. Según se supo en su momento, transportaba 3.965 vehículos del Grupo Volkswagen y se encontraba a la deriva tras la evacuación de la tripulación.

Sin saberse el motivo del incendio, este se había propagado por todo el carguero con grandes llamas que impedían extinguirlo y un importante peligro para los que se acercasen al mismo: las baterías de litio de los deportivos.

En lo que respecta a la cuantía económica del desastre, en su momento se valoró que podría alcanzar los 150 millones de euros en pérdidas. Además, como bien saben en el sector, no es el mejor momento con la crisis de semiconductores que tanto está dañando a las empresas, algo que golpea especialmente a Alemania.

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Ahora, medio mes más tarde, en The Verge publican que el barco se ha hundido en el Océano Atlántico, según ha confirmado el operador de Felicity Ace, MOL Ship Management Singapore.

Esto ha ocurrido a unas 220 millas náuticas de la costa de las Azores, unos 407 kilómetros, mientras el barco estaba siendo remolcado con la intención de salvar todo lo posible tras haberse extinguido el incendio. Pero la operación ha sido imposible de llevar a cabo.

No se ha informado de que se haya podido recuperar ningún vehículo, por lo que se entiende que los casi 4.000 que transportaba se han perdido. Ahora tendrán que recopilar toda la información para ver qué ha podido provocar un suceso tan catastrófico para la compañía.

Esta clase de incendios no son nada habituales y se han despertado muchas preguntas sobre qué ha ocurrido y cómo actuar cuando hay por medio baterías de iones de litio. 

Por último, recordamos que este no es el único percance que ha sufrido en los últimos meses un buque de carga con vehículos: en diciembre otro se congeló por completo cuando transportaba 1.000 modelos al puerto ruso Vladivostok.