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Sacar la basura en mitad del espacio ahora es mucha más fácil: así lo han comprobado en la Estación Espacial Internacional

Astronauta Karen Nyberg de la NASA comiendo en la Estación Espacial Internacional
NASA

¿Sabes esa sensación en la que estás flotando en tu nave espacial y, de repente, te llega el olor de la bolsa de basura que lleva 3 semanas en el cubo? Pues bien, ahora en la EEI han ideado una nueva forma de sacar los residuos de la estación que viene a solucionar un poco la vida a los astronautas.

Allí donde hay humanos, hay basura. La generamos todo el tiempo. Primero, porque tenemos que comer, y para ello precisamos de envases que contengan nuestros alimentos en buen estado. Y segundo, porque excretamos esos alimentos. Es parte de la vida.

En la Tierra, este proceso es tan natural como la vida misma. Vamos al supermercado, compramos comida, la almacenamos en casa y nos la vamos comiendo. Cada vez que hay que tirar algo lo llevamos a la basura y dividimos el residuo dependiendo de si es un envase, cristal, orgánico...

Pero, ¿es esto igual en el espacio? Exactamente igual, solo que allí arriba no hay cubos de colores fuera de la nave para ir a depositar la bolsa de basura. Y por este motivo hay empresas que trabajan en conseguir que sacar la basura en el espacio sea mucho más fácil y cómodo.

La compañía privada Nanoracks acaba de anunciar el primer test completado con éxito de una nueva tecnología a bordo de la Estación Espacial Internacional que pretende sacar la basura de la nave sin fallos y de forma cómoda y sencilla.

Como os decíamos, la EEI es el único puesto habitado por humanos fuera de la Tierra, y si bien es un prodigio de la humanidad, sacar la basura sigue siendo algo complicado, caro y bastante peligroso.

Por eso la prueba realizada el 2 de julio en la EEI, por la empresa Nanoracks, es tan sencilla y tan importante para el futuro de la exploración espacial.Si la década de los 20 y 30 es en la que conquistemos, por fin las estrellas, también será en la que tiremos la basura espacial.

Astronauta de la ESA Luca Parmitano realizando un paseo espacial

El vídeo incrustado muestra como una bolsa de 78 kilos especialmente diseñada que fue eyectada de la estación para que se consumiera en su entrada en la atmósfera. De esta forma, los astronautas pueden deshacerse la basura y esta no se queda flotando en el espacio: sino que se desintegra.

Explican en Gizmodo que, hasta ahora, los astronautas a bordo de la estación guardaban cuidadosamente su basura a bordo de los vehículos de reabastecimiento Cygnus Freighter, que una vez llenos eran lanzados de nuevo a Tierra para que ardieran en la atmósfera.

El sistema de Nanoracks, por su parte, consiste en un contenedor montado en la escotilla Bishop que puede albergar hasta 272 kilogramos de basura. Una vez llena, se expulsa hacia la atmósfera para que arda y se consuma.

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