Hyperloop cambia su estrategia: de llevar pasajeros a acabar con la crisis de suministros a más de 1.000 km/h
Llevan ocho años de retrasos y los intentos de Hyperloop por llevar pasajeros no parecen estar siendo todo lo fructíferos que querrían las compañías involucradas en el proyecto. Por eso han decidido cambiar de estrategia: beneficios a corto plazo y la posibilidad de acabar con una crisis.
Si nos hubiesen preguntado la pasada década, lo más seguro es que muchos de nosotros hubiésemos anticipado que, para el 2022, ya estaríamos viajando a gran velocidad en tubos bajo la tierra. El concepto del Hyperloop era y es el futuro del transporte. El problema es que se están retrasando.
Y es que si los avances del Hyperloop hubiesen ido como nos prometieron, ahora mismo ya podríamos estar lanzándonos a través de tubos de vacío en aventuras interurbanas a miles de kilómetros por hora.
Pero, por desgracia, el futurista sistema de transporte resucitado por el CEO de SpaceX, Elon Musk, hace nueve años, ha ido más lentos de lo que se esperaba en un principio.
Esta semana, el plan de poner la tecnología maglev dentro de un tubo de vacío para propulsar vainas de pasajeros a velocidades de hasta 1.223 km/h ha sufrido otro revés después de que la principal empresa que trabaja en él, Virgin Hyperloop, despidiera a 111 de sus trabajadores.
La inesperada medida forma parte de los esfuerzos de reestructuración que harán que la empresa se centre en la construcción de un sistema de hyperloop para transportar mercancías en lugar de pasajeros.
Virgin Hyperloop declaró que la nueva estrategia permitirá a la empresa responder "de una manera más ágil y eficiente en cuanto a costes". Afirmó que los problemas de la cadena de suministro mundial agravados por la pandemia convencieron al equipo de que el transporte de mercancías debía ser prioridad.
El giro hacia el transporte de mercancías también dará lugar a un proceso normativo más sencillo y, por tanto, a un lanzamiento comercial más temprano del sistema, aunque dice que no ha renunciado por completo a crear un servicio de pasajeros.
Después de que Musk propusiera el plan de hyperloop en 2013, animó a las empresas privadas a intervenir y desarrollar la tecnología. Hyperloop One, con sede en California, aceptó el reto, y el fundador de Virgin Group, Richard Branson invirtió en la empresa en 2017.
Virgin Hyperloop (como se rebautizó) ha ido avanzando en la tecnología, y el año pasado completó la primera prueba de una cápsula con dos pasajeros a bordo. Pero, aunque el vehículo solo rodó a 172 km/h, la empresa insistió en que la prueba demostró que los pasajeros pueden viajar con seguridad.
La noticia de que Virgin Hyperloop se ha centrado en el transporte de mercancías decepcionará a los fans del hyperloop que soñaban con ser lanzados por un tubo a gran velocidad. Pero los enormes costes del proyecto, los importantes retos de ingeniería han hecho que los preferencias cambien.
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