El motivo principal de millones de compradores para elegir Amazon como su marketplace es el buen sistema de garantías que tiene la plataforma online de Seattle.

Y es que si en el e-commerce la garantía de los productos siempre ha sido el punto débil (por eso no tener una tienda física a la que reclamar), en Amazon desde el primer momento quisieron que esta fuera su pilar inamovible.

Pero, como todo en la vida, las condiciones se pueden mejorar, siendo justo eso lo que han querido replantear desde la empresa fundada por Bezos allá por 1994.

Ahora la política de devolucionesse ocupará directamente de las reclamaciones de los clientes si el producto defectuoso aunque sea a través de un vendedor tercero, algo que antes no sucedía, debido a que Amazon se lavaba las manos cuando el producto a devolver era vendido por otros. 

Además de hacerse cargo de la situación, si la reclamación supera los sistemas de detección de fraudes y abusos, Amazon pagará directamente a los clientes hasta 1.000 dólares por compensación. También intervendrá en importes superiores si el vendedor no responde o rechaza una reclamación válida.

Este nuevo sistema de garantía entrará en vigor en Estados Unidos el 1 de septiembre. A partir de ese momento, Amazon notificará al vendedor sobre cada reclamación y, si éste no responde, intervendrá para atender la reclamación directamente mientras sigue persiguiendo al vendedor por su cuenta. Si el vendedor rechaza una reclamación válida, Amazon también compensará al cliente directamente.

Eso sí, todos estos procesos de garantías y devoluciones serán supervisados por sus equipos antifraude y estafa, para así asegurarse que el sistema sigue siendo rentable. Esperamos que esta medida llega a Europa en los próximos meses.