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Rover de la NASA muestra inquietantes imágenes de su propio impacto negativo sobre Marte

curiosity rover marte NASA

Reuters

Nuestra labor de exploración espacial es tan necesaria como mandar submarinos al fondo de los océanos. El ser humano necesita explorar para conocer mejor el mundo que le rodea, aunque esos mundos estén a millones de kilómetros. El problema es cuando dejamos huella... para mal.

Desde que aterrizó el año pasado, el Rover Perseverance ha estado buscando señales de vida en el polvoriento y rocoso paisaje del cráter Jezero de Marte. Pero ahora, el rover ha detectado basura humana en la superficie del planeta rojo. ¿Cómo es esto posible?

El martes, el equipo de Perseverance compartió en Twitter que había visto lo que parecía ser un trozo de la manta térmica utilizada para proteger al rover de las temperaturas extremas que experimentó durante el aterrizaje. Hacía unos días había descubierto unas curiosas formaciones.

"Es una sorpresa encontrar esto aquí: Mi etapa de descenso se estrelló a unos 2 km de distancia. ¿Esta pieza aterrizó aquí después de eso, o fue arrastrada por el viento?", escribió el equipo en Twitter.

Pero este no es el único trozo de basura del Rover en Marte. En abril, el helicóptero Ingenuity captó a vista de pájaro basura espacial fabricada por el hombre:el tren de aterrizaje que le ayudó a él, y al rover Perseverance, a llegar a Marte.

La misión principal de Perseverance, para quien no lo sepa, es buscar signos de vida microbiana antigua cerca de su lugar de aterrizaje, el cráter Jezero, un antiguo delta fluvial donde podría haber estos de vida.

Pero el miedo de los científicos es justificado: la basura espacial es una preocupación creciente para las agencias espaciales. Apenas hemos hecho un puñado de misiones y ya estamos contaminando el planeta rojo.

Los fragmentos de las misiones que quedan en el espacio -como las botas, palas y vehículos enteros que las misiones Apolo dejaron en la Luna- pueden contaminar cuerpos planetarios que de otro modo serían prístinos y vírgenes para los investigadores.

Y a medida que la órbita de la Tierra se va llenando de satélites y chatarra espacial, salir de la Tierra para explorar el espacio es cada vez más peligroso.

Además, toda la chatarra espacial que rodea a la Tierra -incluidos los satélites desechados, los propulsores quemados, los destornilladores, los paracaídas y otros restos- puede ser peligrosa para la Estación Espacial Internacional (aunque tiene los días contados).

 

Sin embargo, las restricciones que protegen el espacio de la contaminación son escasas. La legislación espacial actual no ha cambiado mucho desde el Tratado del Espacio Exterior, que se elaboró en 1967 y no es demasiado detallado.

Más de medio siglo después, a medida que cuerpos celestes como Marte se convierten en basureros, las lagunas del tratado se hacen más y más evidentes. Por el bien de la exploración espacial, hay que hacer algo allá arriba.

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Etiquetas: NASA