Nada extraño es que al estar en el sofá con el portátil sobre tus piernas éste comience a calentarse como un horno y parezca que va a despegar. A poco que tapes la rejilla de ventilación, el portátil se ahoga y necesita subir las revoluciones de sus ventiladores para disipar el nocivo calor que amenaza sus chips.

No obstante, a veces no hace falta que tapes los orificios del portátil para que éste empiece a sonar como mil demonios en medio de clase, en medio de la biblioteca o en medio de la noche sin que sepas qué narices pasa.

Uno de los problemas puede ser de software, que algún proceso o virus esté empleando toda la capacidad de tu portátil consumiendo todos sus recursos y poniendo la CPU al 100% y por ende los ventiladores al 100%. Esto es fácil de detectar y relativamente sencillo de arreglar.

Sin embargo, lo más común es que le haga falta una buena mano de limpieza a tu portátil porque, seguramente, aunque tú no lo veas, las rejillas de ventilación y los ventiladores internos estén colapsados de polvo. 

Como todo esto ya lo sufrí y no han sido pocos los amigos y familiares a los que tuve que ayudar a lidiar con ello, he pensado que bien hará que deje aquí plasmados los pasos que seguí para limpiarlo a fondo y los utensilios que utilicé.

• Limpieza con aire comprimido
• Abrir el portátil para una limpieza más profunda
• Limpiar bien con una brocha el interior
• Reaplicar pasta térmica si se necesita
• Base de ventilación

Limpieza con aire comprimido

Empieza siempre con este paso pues poco sentido tiene realizar limpiezas superficiales para luego sacudir el polvo sobre todo el portátil. Desconecta el portátil, desconecta todo lo que tengas conectado a él y sácalo a la terraza o al balcón si puedes y limpia con el aire comprimido en pequeñas ráfagas y a una distancia de al menos medio palmo sobre el teclado, los conectores y, sobre todo, las rejillas de ventilación. 

Si no sale mucha porquería, puede que tu portátil estuviese bastante limpio. Y es lo que hago para el mantenimiento del mismo cada mes más o menos. Eso sí, si ves que salen incluso pelusas, es momento de realizar una limpieza más profunda. 

Abrir el portátil para una limpieza más profunda

Para limpiar como Dios manda el portátil y acabar con el problema de raíz, lo que hay que hacer es abrir el portátil. Esto puede darte miedo si no estás acostumbrado a realizar operaciones de este tipo, pero no es nada complicado. Sólo necesitas un destornillador de precisión (lo mejor es comprar un kit) y no perder ninguno de los tornillos. Una vez abierto déjalo así.

Limpiar bien con una brocha el interior

Ahora con cualquier brocha o pincel que tengas por casa o puedas adquirir para la tarea, has de sacudir toda la suciedad, pelusas y polvo incrustado, sobre todo, en los ventiladores. Ya que lo has abierto, lo mejor es que limpies todo, pero con delicadeza pues ciertas soldaduras de componentes SMD son delicadas. Tranquilo, que no vas a tener problema. Una vez que esté limpio, podrás volver a cerrar la tapa y encender tu portátil. 

Tras completar este paso te habrás asegurado que tu portátil esté disipando calor de forma óptima. 

Reaplicar pasta térmica si se necesita

Para este paso, que casi nunca es necesario a no ser que sea un portátil bastante viejo, sí que te recomendamos saber un poco de informática, ver bastantes vídeos y no ser un manazas. Aun así, no es para nada complicado, y menos en un portátil. Sólo te avisamos porque no es un paso tan sencillo como pasar una brocha. 

Base de ventilación

Si ya tienes el portátil limpio y aun así crees que debería hacer menos ruido, mucho mejor ventilará el portátil si lo dejas apoyado sobre una base de gran ventilador como ésta de Cooler Master. Vas a bajar bastantes grados la temperatura y el ventilador, si tienes suerte, ni se escuchará. Además, si lo sueles tener encima de una mesa, va a estar colocado de forma más ergonómica.