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Tabletas y torrijas, un dulce bocado que anuncia cambio de ciclo

Samsung Galaxy S8 Ultra, análisis y opinión

Si hay algo que se repite cíclicamente cada año por estas fechas es la llegada, casi por sorpresa, de las torrijas. Nadie se acuerda de ellas hasta Pascua, cuando llegan nos pegamos el gran atracón, y vuelven a desaparecer hasta la próxima Pascua. Las tabletas, en cierta forma, son como las torrijas y ya se preparan para inundar el mercado.

Sucede casi sin darte cuenta. Un día estás tan tranquilo bebiéndote un café con leche desnatada y sacarina, y al día siguiente te estás apretando dos torrijas de tamaño XXL. Son el signo inequívoco de que ha llegado la Semana Santa y la penitencia sería no dejarse llevar por tan dulce tentación.

Las torrijas son la luz de alerta para indicarnos que ya ha pasado un año. El fin de un ciclo para iniciar otro. Lo mismo sucede con las tabletas, comodín oportunista que las marcas se sacan de la manga para mantener sus cuentas de resultados al mismo nivel.

¿Te has fijado que últimamente las principales marcas se han puesto a presentar tabletas (o hay rumores de que las van a presentar) como si no hubiera un mañana? Son sus torrijas e indican que las marcas se están preparando para un cambio de ciclo que van a tener que capear.

Me gusta visitar la sección de análisis de Computerhoy.com y, con los brazos en jarras, observar orgulloso el resultado de nuestro trabajo como un albañil al que le ha cundido la faena. Fue entonces cuando, con algo más de perspectiva, me fijé en la cantidad de tabletas que hemos analizado últimamente. ¿Casualidad? No lo creo.

Analistas del mercado como IDC ya han señalado que el segmento de los smartphones lleva un lustro de estancamiento en ventas y las previsiones no apuntan brotes verdes a medio plazo.

Para colmo, los portátiles, que muchos ya daban por muertos hace años, han salido de su tumba en plena pandemia al más puro estilo Walking Dead y parece que vienen con ganas de mambo, tanto es así que incluso Samsung ha retomado su línea de portátiles.

Ante este escenario de estancamiento en las ventas de móviles que han servido de motor de crecimiento en la última década, las marcas protegen sus balances de resultados como si fuera la última croqueta del túper de mamá, creando ecosistemas de dispositivos en los que unos complementan a otros: auriculares, relojes, altavoces y, ahora, también tabletas. ¿Te suena?

Tengo las suficientes canas en la barba y he pasado el suficiente tiempo juntando letras sobre chips y circuitos como para haber sido testigo, como un jubilado con las manos en la espalda observando una obra, de estas mismas señales hace años.

En 2009 los smartphones empezaban a mostrar su potencial a un mundo en el que los ordenadores estaban en el centro en productividad, entretenimiento y conectividad, y los portátiles una forma de llevarte el mundo bajo el brazo. Un brazo fuerte, eso sí, que por aquel entonces los portátiles pesaban lo suyo.

Los portátiles simplemente no podían competir con las pantallas táctiles y aquellos diseños tan compactos y aquellas pantallas a color. A ver, que veníamos de dejarnos las pestañas jugando al Snake en la pantalla de un Nokia. Lo tenían fácil.

Samsung Galaxy Book 2 Pro y Pro 360
Samsung Galaxy Book 2 Pro y Pro 360

Las ventas de los portátiles en los años siguientes no dejaron de bajar. Fue entonces cuando los fabricantes, principalmente los de portátiles, encontraron la solución para salvar los muebles y diversificar los ingresos: sí, las tabletas, o en su defecto, el resultado de una noche loca entre un portátil y una tableta, los convertibles 2 en 1.

El mercado se llenó de tabletas, de todos los tamaños y formas que puedan imaginarse. Abrías una cuenta en el banco –en aquellos años te atendían en las oficinas—y salías de la sucursal con una tableta bajo el brazo. Comprabas 100 gramos de jamón y ... ¡zas! Ya te habían endiñado una tableta.

La saturación del mercado hizo que poco a poco se perdiera el interés por las tabletas y casi desaparecieran de los catálogos, quedando solo unos pocos modelos que aun hoy aguantan estoicamente el paso de los años actualizando sus prestaciones.

Marcas como Huawei con sus MatePad, ahora con HarmonyOS, o Samsung dieron pasos importantes en ese sentido y son de las pocas marcas que han mantenido una línea de tabletas hasta la actualidad. De hecho, acabamos de analizar la Samsung Galaxy Tab S8 Ultra, la tableta más bestia de la marca.

Como debió ser la cosa que hasta Apple se atrevió a lanzar una tableta que, cosas de la vida, es la que más tabletas ha vendido, y más cerca se ha quedado de su objetivo de acabar con los portátiles como así ha demostrado en el iPad Air de 5ª generación con el procesador M1 que acaba de pasar por nuestro laboratorio.

Cuatro años después de haber encerrado a su tableta en en un cajón olvidado, Xiaomi ha recuperado su Xiaomi Pad 5. realme, una de las marcas que más ha crecido gracias al impulso de los móviles, tampoco se quiere perder la fiesta lanzando la realme Pad que ya hemos probado. Vivo, por su parte, prepara el lanzamiento de su tableta Vivo Pad.

Realme Pad
Realme Pad

El desembarco de tabletas ya es una realidad y las vamos a tener para todos los gustos. Desde las profesionales que aspiran a sustituir a los portátiles, como la Lenovo Tab P12 Pro que hace unas semanas analizaba mi compañero Alejandro, hasta las más compactas y versátiles como el iPad Mini de 6ª generación.

Las señales están ahí y, como las torrijas, la llegada de las tabletas anuncia el fin de ciclo para los smartphones que, como han hecho los portátiles, tendrán que reinventarse para seguir surfeando la ola. Hasta entonces, vete decidiendo qué tamaño de pantalla te resulta más cómodo en una tableta, porque seguramente comprarás una en los próximos dos años.

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Etiquetas: Tabletas Android