Las memorias USB o unidades flash almacenan datos a partir de memoria flash NAND, en forma de valores binarios agrupados en celdas de memorias. 

Esos electrones atrapados en una ‘puerta flotante’ son los que permiten registrar esos valores, aunque corren el riesgo de desaparecer con el tiempo. 

De hecho, los datos almacenados en un UBS deberían permanecer unos 10 años, o incluso más, si las condiciones de conservación son las adecuadas.

Si se produjese la fuga de los electrones con el paso del tiempo, los datos se degradarían, resultando más difícil leer si el estado de carga representa uno o cero. 

De ahí que sea necesario supervisar constantemente su estado antes de guardar archivos importantes. Hay que tener en cuenta que no representan una memoria robusta, por lo que no se recomiendan para guardar archivos de manera permanente.

Factores que influyen en la vida útil de una unidad USB

Sin lugar a dudas, la calidad de la memoria flash NAND determinará, al igual que el acabado general del dispositivo, la vida útil de los datos de una unidad USB. 

La calidad irá en relación con el precio, por lo que los modelos más baratos suelen representar una vida útil más corta. Aquellas marcas que apuesten por mejores piezas y que refuercen sus memorias con protección adicional garantizarán, a su vez, una durabilidad mayor.

De igual modo, la temperatura a la que es sometida la memoria flash USB es muy importante. A más temperatura peor calidad y nivel de conservación para el dispositivo. De ahí que se recomiende no exponerlas al sol de manera directa o llevarlas en espacios demasiado cálidos al viajar. 

Basándonos en esto, habrá que tener en cuenta el estándar JEDEC JESD47 con el que cumplen las memorias USB. Se destaca que su durabilidad sería de 10 horas a una temperatura de 125 °C y de 10 años en el caso de que fuese de 55 °C.

De este modo, a temperaturas más elevadas los datos se perderían más rápidamente, ya que los electrones se fugarían antes del dispositivo. La humedad o el polvo son otros hándicaps, pues todo suma en la conservación de dichos dispositivos.

Otro factor a tener en cuenta es el número de ciclos de escritura. La esperanza de vida de una memoria USB se puede medir por el número de ciclos de escritura o borrado, pudiendo soportar entre 10.000 y 100.000 ciclos de escritura/borrado, dependiendo de la tecnología de memoria empleada.

Asimismo, la durabilidad de una memoria USB se podrá ver mermada dependiendo del estrés al que se someta el pendrive. A medida que se van copiando, borrando y operando con las unidades flash, la durabilidad del dispositivo se reduce, de tal modo que es posible perder los datos.

Cómo conseguir que una memoria USB dure más

Aunque parece una obviedad, queda demostrado que una memoria USB no es el espacio de almacenamiento ideal a largo plazo, por lo que se recomienda realizar copias de seguridad periódicas en otros medios de almacenamiento, como un disco externo.

Dicho esto, al realizar una copia de seguridad durante un elevado periodo de tiempo, se debería apostar por cintas de archivos o medios ópticos, ya que las unidades flash están pensadas para transferencias ágiles de archivos o para crear dispositivos de arranque.

De igual modo, se recomienda pasar el antivirus cada cierto tiempo. Al escanear las memorias USB con frecuencia se logrará eliminar el malware que vienen adheridos al descargar determinados archivos o al conectar el USB a dispositivos públicos y desprotegidos para guardar documentos que podrían estar infectados.

Una práctica fundamental es quitar el hardware de forma segura, lo que garantizará una mayor calidad para el contenido y para el dispositivo. 

Tampoco se recomienda editar archivos dentro del USB, siendo lo ideal realizar los cambios desde el disco duro para posteriormente enviar el archivo al dispositivo de memoria. Si se cumplen estas premisas se garantizará que la esperanza de vida media será de, al menos, 10 años.