El tenista Novak Djokovic ha hecho historia, al ganar el ultimo Roland Garros. Durante el torneo se le ha podido ver con un parche de "nanocristales" en el pecho llamado Taopatch, que los científicos consideran pseudociencia.

Con su último triunfo, Novak Djokovic ha ganado 23 Grand Slam, superando a Rafa Nadal, que tiene 22, y Roger Federer, con 20.

Según confiesa el propia tenista, esto no habría sido posible sin "mi secreto mejor guardado": un parche de "nanocristales" llamado Taopatch. En este vídeo se puede ver cómo se lo cambia durante el torneo:

Pero, ¿para qué sirve realmente este parche de nanotecnología?

Según cuenta The Telegraph, se llama Taopatch, y ha sido creado por la compañía italiana Tao Technologies.

Tal y como informa la propia web, Taopatch contiene nanocristales que convierten el calor corporal en luz, y la envían a puntos de acupuntura específicos del cuerpo, ayudándole a "recordar" cómo comunicarse con el resto del organismo. 

Según la propia descripción, los nanocristales tienen múltiples beneficios para la salud, como mejorar la postura, aliviar el dolor y aumentar el rendimiento deportivo.

Desde un punto de vista científico, no se sostiene por ningún lado, entrando dentro del campo de la pseudociencia, a la que Djokovic es tan aficionado.

No es posible científicamente transformar energía en luz dentro del cuerpo, y menos aún que la luz viaje dentro del cuerpo, por muchos cristales que usemos. Y que produzca todos esos beneficios.

Tal como cuenta Interesting Engineering, Djokovic se perdió varios torneos por negarse a vacunarse contra el Covid. Cuando se lesionó del codo, se negó a operarse, argumentando que se curaría solo. La curación no llegó, y al final tuvo que pasar por el quirófano.

Según él mismo ha explicado, supo que era intolerante al gluten mediante un test que consistía en ponerse una rebanada de pan en la tripa...

El parche Taopatch con "nanocristales" que lleva Novak Djokovic en el pecho durante los partidos, por la propia descripción de la web del producto, entra en la categoría de pseudociencia, ya que no se sostiene científicamente. Cada parche cuesta más de 250 euros.