Un grupo de científicos dela Escuela de Ingeniería de la Universidad de Melbourne en Australia ha descubierto un nuevo método que permite fabricar combustible renovable de una forma menos contaminante, más respetuosa con el medio ambiente y también más barata que mediante otros sistemas tradicionales.

Para ello, los investigadores proporcionan dióxido de carbono de una forma novedosa a unas algas microscópicas, que a su vez se pueden cosechar para la producción de combustibles renovables, por ejemplo el biodiésel.

Para llevar a cabo el nuevo método, el equipo utiliza el CO₂ con la finalidad de acelerar el crecimiento de las algas. Eso sí, para evitar que los organismos se mueran, es importante que el dióxido de carbono esté completamente libre de contaminación. De lo contrario, las algas fallecen.

También se puede obtener biodiésel a partir de residuos reciclados

Por tanto, la clave de esta nueva forma de producir biocombustible reside en la purificación del CO₂. Para limpiar el dióxido de carbono procedente de los gases de combustión, los científicos siguen un proceso de filtrado que se lleva a cabo mediante la absorción de un líquido. 

Este fluido se bombea a través de membranas de fibra hueca, cuya estructura forma es similar a la de las pajitas para beber, pero con un tamaño mucho más largo. Después, el líquido se vierte en el sustrato que alimenta a las algas. 

"El sistema de purificación de CO₂, además de ser un método más barato, también permite que las algas se desarrollen más rápido que en otros trabajos realizados hasta la fecha", asegura Sandra Kentish, profesora del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Melbourne. 

Los ultrasonidos permiten obtener biodiésel más barato

Además de combustibles renovables como el biodiésel, siguiendo este método también se pueden obtener otras sustancias, como productos químicos, proteínas y nutracéuticos, que son alimentos beneficiosos para la salud.