Principios de los años 90, fin de semana, comida familiar en pleno Aluche. Con alrededor de 10 años subía yo a una planta 11 de una de las torres de calle Illescas.

La impaciencia me podía y pulsé mal el botón del ascensor, retrasando una parada más la llegada a lo que, para mí, era el mejor parque posible: la casa de mi tío.

Por aquel entonces él tendría alrededor de 30 años y una colección inmensa de vinilos con su equipo de música modular y un sistema de bafles estéreo del más alto nivel con tres canales y sus distintos filtros de frecuencia. 

Entre los módulos había alguno Hi-Fi de los años 70, un amplificador de 50 W estéreo, otro de los 80, alguno más moderno y cada cual con sus botones y funciones: un mundo a descubrir para mí.

Aún recuerdo la sensación de lo que me parecía magia cuando vi ese tocadiscos que ponía de manera robotizada y automática el brazo y la aguja sobre el propio vinilo. El olor de esas cajas de cartón, el sacar el vinilo, todo el arte con letras y fotografía que acompañaba a ese proyecto. Era un ritual que hoy día con tanta inmediatez se ha perdido.

No, Internet no tenía nada que ver a lo que es ahora, estaba naciendo, y es algo que yo ya había experimentado en casa de mi tío: visitar BBS o chat de Terra con esos ruidos rítmicos del módem al conectarse. Todo ello danzaba al son de las vibraciones de una aguja y dos fonocaptores dentro del plato del equipo de música en pleno Aluche.

Mientras los mayores tenían su sobremesa, a mí y a mi hermano nos dejaban "jugar" con la minicadena modular, pulsar botones, descubrir qué es EQ, cómo hacía que sonara distinto según que slider movía hacia arriba o hacia abajo.

Todo eso y mucho más es lo que trajo a mi mente el momento en el que saqué de la caja el JBL Authentics 300 con 100 W de potencia, Wi-Fi, Bluetooth y un diseño que me transporta directamente a aquella época.

Diseño vintage o un altavoz que parece un altavoz

Tras años y años de pruebas de producto incluyendo altavoces bluetooth o altavoces inteligentes tengo una clara sensación de que muchos de los fabricantes o las líneas de diseño han apostado claramente por líneas futurísticas con luces LED en la mayoría de ocasiones.

Me vas a perdonar si dudo sobre en qué mejora un LED que cambia de color la calidad del sonido o la percepción de un producto, pero es cuanto menos, una duda razonable. La mayoría de fabricantes se ha pasado de frenada y es aquí donde JBL vuelve a lo clásico.

En particular este Authentics 300 tiene un diseño forrado en piel que me transportó a la primera vez que vi un amplificador de guitarra, el típico cabezal Marshall con ese acabado de madera forrada.

Este modelo tiene un asa metálica perfecta para transportarlo, de metal, que también ha sido forrada con el mismo material. Es un acierto debido al peso del equipo, casi 5 kilos, pero es una pena que no podamos quitarla si nuestra intención es dejarlo como altavoz inteligente en el salón, por ejemplo. Lo que sí podemos hacer es rotarla.

JBL ha utilizado una espuma para cubrir la zona de la rejilla frontal con un patrón que recuerda a uno de los más míticos diseños de los años 70, con esta forma de panal Quadrex que marcó la gama alta Hi-Fi de la época con los JBL L100.

Cierto es que estéticamente tiene un toque vintage, pero, no te dejes engañar: tanto su configuración como la tecnología que alberga, le convierten en uno de los altavoces de 2023 más avanzados del mercado.

La botonería superior para su control son ruedas anchas con las que podremos subir o bajar el volumen y ajustar los agudos y graves a nuestro gusto. 

Me habría gustado que tuvieran algo de feedback físico o háptico, similar a esa sensación de los knobs antiguos que ya tienen cierta fricción e incluso pasos para no sacarme de esa ensoñación y vuelta al pasado. Los tres controles son ruedas sin fin ni ningún tope o fricción de pasos.

A cambio, esos controles tienen una luz led blanca circular muy elegante y sutil que muestra el nivel de volumen, ya que ese control no tiene límites físicos y puede girar indefinidamente.

El sonido, para el tamaño del altavoz, eso sí, era impensable en los años 90. ¿Cómo de un altavoz de estas dimensiones puede salir un sonido tan rico, estéreo, y con unos graves con tanta pegada?

Tecnología sonora de último nivel afinada para melómanos

Este altavoz está pensado para poder ser transportado y funcionar sin batería durante un pequeño tienmpo y es que la potencia de sonido que es capaz de ofrecer es 100 W RMS repartidos entre su woofer de 5,25 pulgadas y sus dos tweeters de 25 mm con los que se consigue reproducir esa espacialidad estéreo.

En ese pequeño tamaño de alrededor del tamaño de un pack de 6 bricks de leche, 342 x 195,6 x 180,3 mm, se genera un gran nivel de graves además de los que aporta activamente ese woofer, por los que  aporta el radiador pasivo de su parte inferior. De hecho, en peso, prácticamente son 5 kg.

De hecho, estoy seguro que este altavoz es capaz de reproducir música con una mayor fidelidad y desarrollo de frecuencias que aquel equipo de música, ahora vintage, que tenía una potencia similar, de 50 W x 2.

Si hay algo que realmente me convence de este altavoz, no es su ajuste de tweeter o graves con control físico que te permite acceder rápidamente al ajuste de esas frecuencias más graves o agudas, o su gama de reproducción de 45 Hz - 20.000 Hz, sino toda la integración como altavoz inteligente.

De hecho, es el primero en el que veo una doble integración simultánea, que funciona a la vez tanto Alexa como Google Assistant una vez configurados.

Ello hace del Authentics 300 un dispositivo perfecto para integrar en tu casa inteligente como un dispositivo más, disponible para reproducir contenido como bien puede ser Spotify o bien como reproductor del audio que enviemos tanto desde tu iPhone o dispositivo iOS con AirPlay o bien cualquier dispositivo como Chromecast.

Conectividad plena para una Smart Home o reproducción local

En cuanto a conectividad estás cubierto porque va a funcionar por WiFi sin problemas, bien tengas una WiFi 5 GHz de última generación o bien WiFi en red de 2,4 GHz. Y para más foco y lo vas a dejar fijo, puedes conectarlo con cable a Internet vía ethernet.

El uso es muy simple, compartes contenidos desde Chromecast, Tidal, Spotify o Airplay y directamente empiezan a sonar. De hecho, puede ser configurado como un altavoz más tanto para un entorno Google Home como para Alexa, pudiendo configurarlo dentro de un pack de altavoces que reproduzcan música en una estancia.

Ah, que casi se me olvida, también puedes conectar un dispositivo mediante su entrada analógica de audio, vía minijack.

También puedes utilizarlo como un altavoz independiente desde una conexión local Bluetooth, gracias a su compatibilidad BT 5.3. Además, es muy simple su conexión ya que tiene un botón en todo momento accesible para emparejar un nuevo dispositivo.

Algo que me ha parecido muy interesante es que cada vez que enciendes el altavoz hace una autocalibración según el entorno en el que se encuentre, por lo que si lo mueves, algo que he hecho, es recomendable apagarlo y volver a encenderlo para que vuelva a ajustar el sonido en su nueva ubicación.

¿Cuál es mi sensación a la hora de escuchar música con este dispositivo? Pues sinceramente, no esperaba este tipo de calidad y creía que sería más un dispositivo bonito sin corazón. La realidad es que para tener el tamaño que tiene crea un campo estéreo muy notable y diferenciado con unos graves y medios muy cálidos.

Echo en falta el soporte de códec que posibilite la reprodución Hi-Res por bluetooth. Se queda con el códec más básico, SBC, en configuración estéreo 44,1 KHz / 16 bits.

Es cierto que en la mayoría de ocasiones acabarás reproduciendo música por streaming, lo que mejora la calidad de la fuente al no haber pérdida en esa compresión desde el dispositivo que emite el sonido por bluetooth y el altavoz.

La aplicación JBL One es la encargada de configurar y controlar las funciones avanzadas del altavoz. Con ella se pueden ajustar a modo de EQ distintos presets, aunque solo con tres frecuencias, medios graves y agudos. 

También tenemos lo que se menciona como Momento y no es otra cosa que la reproducción de músicas de manera predeterminada, imagina que puedes programar una lista de reproducción para tu ducha, para tu yoga matutino, etc. Lanzas el momento y puedes escuchar la música y que se pare en un tiempo determinado.

Lo que me gusta (y lo que no) de los JBL Authentics 300

Si hay algo que tengo claro de este altavoz es que no es un dispositivo para traer y llevar a diario. Es un altavoz pesado y con el precio del mismo, 429,99 euros, es para pensártelo.

La calidad de sonido es muy buena, la opción de poder ecualizar el sonido es un plus, aunque solo tiene tres bandas, por lo que no puedes ser muy fino al dejarlo a tu gusto.

La potencia de sonido es impresionante para el tamaño que tiene, y la autonomía, con un volumen comedido puede llegar hasta 8 horas.

El tacto de los controles es algo que podrían mejorar ya que son controles rotativos sin fin, y sin ningún feedback táctil. El círculo de luz LED blanca marca el nivel que ajustas, pero no te da ningún feedback.

El uso principal es claramente como altavoz con soporte de música de streaming con un uso casual como altavoz bluetooth.

JBL Authentics 300

La compañía JBL ha lanzado una nueva línea de altavoces portátiles con un gran diseño y calidad de sonido, así es la familia Authentics y este modelo intermedio el Authentics 300.

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Estéticamente, es un modelo para mostrar y no un altavoz que tienes oculto en el salón para tener música de fondo. Seguramente sea el modelo más vistoso de este año dentro del mercado de los altavoces que parecen altavoces y no naves espaciales LED.

Mi tío acabó digitalizando sus vinilos con el paso de los años, y también jubilando su cadena de música. Ahora tiene toda su biblioteca en la nube de Apple que puede escuchar desde su iPhone o en el sistema de sonido de la TV.

Una vez probado este altavoz, el Authentics 300 de JBL es, sin duda, una de las recomendaciones que le he hecho de cara a Black Friday y navidades para que pueda disfrutar de su música sin ocupar mucho espacio en el salón, sin necesidad de tener la TV encendida y con una calidad de sonido digna para melómanos. 

Además, si mi tío quiere dar un paso más, JBL ha presentado también a su hermano mayor (Authentics 500) con más potencia y soporte de Dolby Atmos.