A lo largo de estos años hemos analizado bastantes móviles ‘gaming’. Algunas compañías han dejado de hacerlos -Razer-, otras no siguen muy bien posicionadas en el mercado actual -BlackShark- y hay nuevos jugadores como Xiaomi con su POCO F4 GT que lo están intentando.

Sin embargo, los que llevan generaciones apostando por este tipo de dispositivos son Asus -con un ROG Phone 6 Pro que nos encantó- y RedMagic. Estos últimos han lanzado muchísimos modelos a lo largo de los últimos meses y, de hecho, solo en 2022 analizamos tanto el RedMagic 7 como el 7 Pro.

Ahora vamos con el análisis del RedMagic 7S Pro, un modelo que llegó hace unos meses y que, aunque ya tiene continuación, sigue siendo de los móviles gaming más redondos que podemos comprar actualmente.

Sus claves son el equilibrio entre todos sus apartados, así como una tecnología de cámara bajo la pantalla heredada de los ZTE Axon -análisis del Axon 40 Ultra- que permite un frontal muy despejado, ideal para jugar.

La review del RedMagic 7S Pro: análisis, test y opinión de Computerhoy:

• Características y ficha técnica del RedMagic 7S Pro
• Diseño: un móvil gaming lo mires or donde lo mires con gatillos, ventilador y un toque RGB
• Pantalla y sonido: muy buen panel con altavoces de calidad, pero mal ubicados
• Rendimiento y batería: el Snapdragon 8+ Gen 1 es una bestia y la carga de 135 W se hace notar
• Cámaras: excepto la frontal, las demás cumplen para ser un móvil gaming
• Versiones, ofertas y precio del RedMagic 7S Pro
• Review ¿Merece la pena comprar el RedMagic 7S Pro?

Ficha técnica del RedMagic 7S Pro

Es un móvil gaming lo mires or donde lo mires con gatillos, ventilador y un toque RGB

Si empezamos por el diseño, tenemos tenemos un móvil que rezuma “for the gamers” por los cuatro costados, pero eso no me parece algo negativo, ya que no deja de ser una forma de distinguirse y, en la mano, la sensación es muy premium.

Tenemos cristal por delante y cristal por detrás, así como unos marcos de aluminio con un tacto muy, muy bueno. Hablando de los marcos, todo lo que vale la pena señalar está en el lateral derecho. Excepto el acceso al launcher de juegos, que está en el lateral izquierdo.

Ahí están los controles de bloqueo y volumen, así como los gatillos táctiles y la salida de aire del ventilador. Porque sí, tenemos un ventilador activo -una generación más- que hace que la temperatura se mantenga a raya para permitir un rendimiento sostenido. 

Eso lo veremos más adelante, pero ya te digo que cuando está activado… se nota. Son 5.000 rpm y hace un ruido algo molesto porque lo tienes siempre de fondo. 

Este ventilador se activa automáticamente en ciertos escenarios, pero siempre puedes apagarlo/encenderlo manualmente.

En la trasera está la entrada de aire del ventilador, el módulo de cámaras en la parte central y una serie de transparencias que no dejan ver componentes internos más allá del ventilador, pero que nos dan algunas características. No deja de ser algo curioso y que aporta a ese diseño diferente.

Muy buen panel con altavoces de calidad, pero mal ubicados

En el frontal tenemos una gran pantalla de 6,8” que aprovecha bastante bien el espacio disponible y que no presenta notch. 

Esto es debido a que la cámara frontal utiliza la tecnología Under Display de ZTE, algo que hemos visto en móviles como el Axon 30 -análisis- o el Axon 40 Ultra y que ofrece una experiencia muy, muy buena.

Cada generación van mejorando más esta tecnología y, aunque se nota en ciertos escenarios y casos de uso, la verdad es que pasa bastante desapercibida en el día a día. El resultado es una experiencia sin interrupciones a la hora de ver vídeos y, sobre todo, a la hora de jugar.

El panel es AMOLED, cuenta con un refresco de 120 Hz y la resolución, para el precio, se me antoja escasa. Nos quedamos con unos típicos 2.400 x 1.080 píxeles cuando lo óptimo habría sido una resolución QHD+, pero bueno.

Según la compañía, el brillo es de 600 nits, pero como siempre, lo hemos medido y hemos tenido una media de 855,7 luxes con una desviación de 9,9 luxes. No está mal, pero la esperaba algo más alta, sobre todo para facilitar la visualización en la calle en un día soleado.

También he notado, aunque puede que sea mi unidad, tintes rosáceos cuando miras la pantalla desde ciertos ángulos, sobre todo cuando el fondo de la imagen es blanco. No es algo que moleste en el día a día, pero bueno, está ahí y hay que comentarlo.

Y si nos vamos al sonido, los móviles gaming suelen tener un buen sistema de altavoces, y aquí no nos encontramos ante una excepción. Creo que la pareja de altavoces cumple tanto por volumen máximo como por pegada, aunque creo que no están bien ubicados.

En la parte superior está en una esquina y en la parte inferior está en la contraria. Esto provoca que, lo cojamos como lo cojamos, al palma tape uno de los altavoces. 

Siempre digo que en un móvil gaming deberían estar en el frontal, aunque haya marcos (como en los Xperia), pero si no, por lo menos que sean simétricos.

El Snapdragon 8+ Gen 1 es una bestia y la carga de 135 W se hace notar

En el interior hay poco que reprochar a nivel de hardware. Sí, ya ha salido la siguiente generación con el Snapdragon 8 Gen 2, que es una animalada, pero aquí tenemos el Snapdragon 8+ Gen 1 que no se queda atrás.

En los test sintéticos consigue una muy buena puntuación (te lo comparamos con el OnePlus 11 que acabamos de analizar), pero como siempre os decimos los test no lo son todo.

Estas son las puntuaciones:

Pero el test que realmente me importaba era el de rendimiento sostenido que solemos pasar para ver si el SoC sufre de estrangulamiento térmico. 

La buena noticia es que, tras el test de 30 minutos, el Snapdragon 8+ Gen 1 se mantiene genial, sin muestras de fatiga.

Para jugar es una muy buena experiencia tanto por el rendimiento como por la pantalla, el sonido y el hecho de que no se calienta en exceso, pero el software es otro cantar.

Aquí no nos llevamos una sorpresa, realmente, ya que hemos analizado las últimas generaciones de RedMagic y cada vez tienen más opciones… y peores traducciones.

Android va rápido y fluido, eso sí, y no he tenido cuelgues, pero tiene bastante bloatware y creo que podría ser una experiencia algo más limpia al margen del launcher personalizado, que eso sí me parece genial que esté.

Pulsando la pestañita roja del lateral accedemos a este “modo juego” en el que podemos controlar los parámetros del hardware, el ventilador, frecuencias y demás, pero donde también tenemos nuestros juegos y, además, los controles para personalizar los gatillos táctiles.

Y la batería no está nada mal. El Snapdragon 8 Gen 1 era un desastre, pero con esta revisión (desarrollada por Qualcomm, como el 8 Gen 2) se ha ganado en autonomía. Vas a tener para un día de uso como móvil normal, con unas seis horas de pantalla, pero si juegas, evidentemente, la cosa se reduce. 

De hecho, días bastante movido jugando a títulos exigentes con el ventilador activado, he llegado a necesitar carga con casi cuatro horas de pantalla. En China tienen cargador de 135 W, que tiene que ser una pasada, pero en Europa llega con el de 65 W, que tampoco está nada mal porque tienes el 50% en menos de diez minutos y el 100% en poco más de media hora.

Excepto la cámara frontal, las demás cumplen para ser un móvil gaming

A nivel fotográfico, creo que todos sabemos qué esperar de un móvil gaming, pero también pienso que, en algún momento, debemos empezar a pedir que móviles tan caros monten mejores sensores y, sobre todo, inviertan algo más en el procesado.

Y, sobre todo, que no se conformen con lo que sea. Esto lo digo por la cámara frontal. La cámara bajo la pantalla sigue sin rendir al nivel esperado y, de hecho, cuanto más la esconden (al menos con el patrón de ZTE), peores son los resultados.

El sensor es de 16 megapíxeles y solo graba a 1.080p60 como máximo, pero es que tampoco te va a apetecer utilizarla por los resultados que ofrece. Parece que tiene un filtro de difusión extrema, pero además es que el rango dinámico es muy malo porque, en cuanto hay un foco de luz, la quema.

No es una buena cámara ni una buena experiencia, ya que no cumple ni con muy buena luz ni, sobre todo, en condiciones en las que no haya tan buena luz. 

Si vamos a las traseras, el sensor principal es de 64 megapíxeles con apertura 1.8 y un tamaño de píxel y sensor algo pequeño para lo que estamos acostumbrados en ciertas gamas.

El resultado son unas fotos que cumplen, sí, pero a las que tampoco podemos pedir demasiado. Con buenas condiciones de luz, el procesado sale a relucir y tenemos unos colores contrastados, pero también una saturación que considero excesiva en prácticamente todos los tonos.

Cuando el día es más gris esto no sucede de igual forma, dando como resultado unas fotos más naturales, pero al final son unas fotos muy procesadas que van a valer para redes sociales y guardar recuerdos, pero no para ponerse artísticos.

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Análisis RedMagic 7S Pro (12 imágenes)

El gran angular sigue un poco ese patrón de procesado, lo cual no está mal, pero tenemos solo 8 megapíeles con un sensor muy, muy pequeño (1/4) que es más propio de un gama de entrada o gama media-baja.

No esperes detalle, ni buenas texturas o ampliar. Cumple en ciertas circunstancias, pero el balance de blancos es ligeramente distinto, así como el tinte (más verdoso) y tiene algunos problemas para resolver situaciones en las que debería entrar el HDR. 

No es un desastre y, nivel de detalle al margen, cero que funciona mejor que varios grandes angulares del mercado en la gama media. Aunque, claro, aquí hablamos de un móvil bastante caro, como veremos más adelante.

Y luego tenemos el clásico macro de 2 megapíxeles que, estoy seguro, no vas a utilizar. No invita a ser usado y la calidad de las fotos que logramos es bastante pobre. No deja de sorprenderme que los fabricantes sigan apostando por este tipo de sensores tan pequeños, con tan pocos megapíxeles y que no tienen una utilidad práctica,

Y para ir acabando, hablemos del vídeo. Aquí hay una de cal y otra de arena. Para empezar, en tomas estáticas, creo que el móvil hace un gran trabajo. Tenemos detalle en 4K60 (aunque podemos llegar a 8K30) y me gusta la estabilización.

Los colores puede que estén algo subidos de vueltas, pero bueno, son vídeos llamativos. Ahora bien, cuando estás grabando un vídeo en movimiento, tenemos un efecto gelatina y de vibración en elementos de la imagen debido a la estabilización digital.

Esto es algo complicado de manejar y el RedMagic 7S Pro se encuentra en la línea de las soluciones de los móviles de gama media en este apartado.

Versiones, ofertas y precio del RedMagic 7S Pro

Antes de pasar a las conclusiones, veamos el precio. Como cualquier móvil gaming (excepto el POCO F4 GT, que tenía una relación calidad/precio espectacular), no es un móvil barato y nuestra versión cuesta 1.199 euros en el momento de este análisis.

Cuenta con la configuración de 18 GB, que es una auténtica burrada para un móvil), pero era la tope de gama y el precio, lógicamente, era el más alto. La versión con 12 GB de RAM cuesta 959 euros.

Nubia RedMagic 7S Pro

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Sobre los colores, está disponible en el acabado que hemos analizado y en un precioso color blanco que ojalá hubiera sido el que mandaron porque es muy, muy bonito. Esto, claro está, es totalmente subjetivo.

RedMagic 7S Pro, la opinión de Computerhoy: ¿merece la pena?

Y, al final, el RedMagic 7S Pro es todo lo que podemos esperar de un móvil de este estilo. Tiene un diseño con buenos acabados y que, definitivamente, llama la atención tanto en el color blanco como en el que hemos analizado.

La pantalla con ese frontal tan despejado me encanta. La visualización es buena, tiene tintes rosados si la miras desde ciertos ángulos, pero en el día a día es algo que no me ha molestado, y el sonido es espectacular.

Creo que los altavoces no están bien ubicados, ya que deberían ser simétricos, pero tiene volumen y pegada, y el rendimiento está fuera de toda duda. Ahora bien, por casi 1.200 euros, creo que va siendo hora de pedir que las cámaras de un móvil gaming no solo “cumplan”.

La frontal es un desastre y las traseras… pues eso, una combinación típica que no está mal por el procesado, pero que por ejemplo tiene un macro que no vale para nada y, definitivamente, hay móviles mucho más baratos que hacen mejores fotos.