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Qué es la ciberresiliencia: el término de moda y cómo aplicarlo correctamente

Enrique Luque de Gregorio

Extorsion ciberseguridad

Getty

Últimamente, es habitual escuchar hablar de ciberresiliencia pero, ¿en qué consiste realmente? Internet está más cargada de amenazas que nunca; aprender a conocer sus riesgos es clave para no tener que lamentarlos. 

La presencia de la tecnología en la vida de la gente cada vez es mayor, algo que tiene múltiples y obvias ventajas, pero también riesgos y desafíos constantes. 

Prepararse para esas amenazas es un reto tanto para las empresas como para los propios individuos en sí, y de un tiempo a esta parte es habitual escuchar referirse a ello con una palabra: ciberresiliencia

Es muy probable que la hayas oído decir en cualquier evento o espacio dedicado a la ciberseguridad pero, ¿qué quiere decir ciberresiliencia realmente? ¿Y cómo debe aplicarse? En ocasiones, su definición puede resultar algo ambigua o demasiado general, por lo que no está de más ir a lo concreto, y entender de qué manera práctica se puede poner en práctica.

¿Qué es la ciberresiliencia, el término de moda?

Básicamente, se entiende por ciberresiliencia la capacidad de resistir, adaptarse y recuperarse de amenazas cibernéticas, como por ejemplo ataques informáticos, brechas de seguridad, malware, etcétera. 

Habitualmente, se aplica el término de ciberresiliencia a la seguridad digital, es decir, la protección de activos digitales, como datos confidenciales, sistemas críticos y redes de comunicación. 

Los especialistas en la materia también suelen centrarse en elementos básicos, como mantener los sistemas informáticos actualizados y al día, contar con herramientas que identifiquen las amenazas, o desarrollar planes de recuperación para prevenirlas, en muchos casos realizando copias regulares de los datos que se manejan y pueden considerarse sensibles.

La ciberresilencia y el individuo 

Ciberseguridad y teletrabajo

Getty

Pero más allá de estas cuestiones, que están más enfocados a profesionales, por así decirlo, la ciberresilencia también debe llegar a los usuarios, puesto que muchas medidas sencillas y cotidianas pueden ser la mejor manera de protegerse de los peligros digitales. Sin ir más lejos, apostando siempre por contraseñas robustas y seguras, o manteniendo tus programas de seguridad conectados.

Otro ejemplo importante pasa por la necesidad de conocer y así poder evitar cada vez los casos más frecuentes de phishing, que no son otra cosa que las estafas que algunos ciberdelincuentes llevan a cabo aprovechándose de las redes sociales, herramientas como WhatsApp o incluso la inteligencia artificial. Desconfiar de según qué mensajes o contactos es fundamental.

Y lo mismo sucede con la propia información personal que se comparte, incluso con gente que puede pasar por fiable de primeras. Las redes sociales están de moda, pero subir a ellas algunos tipos de fotografías o información personal puede ser un riesgo fácilmente evitable, si uno se conciencia de ello. Cualquier cosa que compartas, llegado el caso, puede volverse en tu contra. 

Está claro que hoy en día Internet puede esconder más amenazas que nunca, y todo hace presagiar que esta tendencia solo hará aumentar en el futuro. Ser prudente, conocer los riesgos y utilizar la tecnología con inteligencia siempre van a hacer que seas menos vulnerable antes cualquier ataque. Cualquier ladrón puede entrar en tu casa, pero siempre será mejor si no dejas la puerta abierta.

Así, los retos para poder disfrutar de la tecnología de forma razonablemente segura, y atender a todo lo que suponer la ciberresiliencia es cosa de todos. Quien piense que con él no va la cosa, será un blanco más fácil. 

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