Da igual que se trate de móviles o fijos, las conocidas “robollamadas” acostumbran a ser una auténtica molestia para cualquiera que tenga un teléfono. Aunque en teoría la llamada la Ley General de Telecomunicaciones iba a eliminar o al menos limitar este tipo de comunicaciones, lo cierto es que en la práctica no está sucediendo así la mayoría de las veces. 

En este artículo te contamos en qué consisten exactamente las robollamadas, si realmente suponen un riesgo para los usuarios y cómo librarse de ellas de una vez por todas. 

¿Qué son las robollamadas?

Es importante empezar por dejar claro que las robollamadas no son peligrosas, al menos no la mayoría de las veces. Por el contrario, podrían definirse como una especie de técnica de marketing que llevan a cabo diversas empresas para tantear y calibrar sus potenciales clientes telefónicos. Solo que hay que matizar que su funcionamiento no suele ser el habitual. 

Por ejemplo, cuando recibes una robollamada, puede pasarte que no escuches nada durante un rato, hasta que se ponga una persona al teléfono, o que directamente te cuelguen el teléfono, tras un escueto mensaje de despedida (a veces, ni siquiera eso). ¿Qué sentido comercial puede tener esta práctica en realidad? Pues uno mayor de lo que parece. 

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Con este tipo de molestias para el usuario, lo que están haciendo las compañías detrás de la campaña es aprovechar llamadas programadas (robotizadas, para entendernos) para saber qué números están en funcionamiento y, sobre todo, si descuelgan el teléfono. Lógicamente, para después llevar campañas de distintas ventas. Piensa que muchas bases de datos están obsoletas, y algunos números nunca se encuentran disponibles.

Como decíamos, las robollamadas no son un riesgo en sí mismas, como sí lo son otros tipos de estafas telefónicas, de phishing o mediante SMS. Pero eso no quita para que acostumbren a suponer una molestia. Por suerte, sí existen varias formas para evitar este spam, o al menos para limitarlo en la medida de lo posible. 

¿Cómo puedes evitar las robollamadas?

Quizá lo más recomendable para evitar las robollamadas consista en apuntarse a la lista Robinson. ¿No sabes qué es? Pues un servicio gratuito en el que los ciudadanos pueden registrarse para no ser molestados con llamadas de este tipo. Se supone que ninguna compañía puede llamar o enviar mensajes a quienes formen parte de la misma. 

Si esta medida tampoco funciona (en estos casos hay pocas cosas cien por cien infalibles), siempre puedes presentar una reclamación en la Agencia Española de Protección de Datos. Claro que, viéndolo desde una perspectiva práctica, existen otras opciones más cómodas y que no requieren tanto esfuerzo. Por ejemplo, descargar alguna aplicación para evitar las robollamadas de este tipo. 

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Igualmente, también puedes bloquear a este tipo de llamadas, si tu teléfono no las reconoce previamente como spam, o directamente tomar una medida cada vez más común: no responder a ningún número de teléfono que no conozcas. Aunque eso, claro, no termina del todo con la molestia. Y puedes sufrir el riesgo de no atender tampoco algo que sí sea importante. 

Recuerda también que, al desactivar la identificación de llamadas, puedes evitar que los spammers confirmen que tu número está activo y receptivo, que es al final lo que la mayoría de las veces buscan las robollamadas.