Así, de primeras, la Luna no da la impresión de ser un lugar demasiado animado. Su superficie no es más que la sucesión de rocas, cráteres y polvo que todos hemos visto en alguna ocasión. Sin embargo, su aburrido aspecto podría cambiar radicalmente en relativamente poco tiempo. 

¿Imaginas cómo podría ser la Luna en aproximadamente cien años? ¿Qué tipo de estructuras creadas por el hombre podrían ocuparla con vistas a una futura exploración espacial? 

Algunos expertos parecen tenerlo claro, y la visión propia de las novelas, películas y series de ciencia ficción podría volverse una realidad incluso antes de lo esperado por muchos. 

El cambio irreconocible de la Luna

Competir por colonizar el espacio no es algo precisamente nuevo. Cualquier aficionado a la historia de la astronomía estará al corriente del duro enfrentamiento que Estados Unidos y la antigua Unión Soviética mantuvieron para explorar primero la Luna. Algo que, en cierto sentido, todavía se sigue manteniendo. Solo que con nuevos protagonistas, como es el caso de China. 

En los últimos años, se ha hablado con insistencia de lo importante que el satélite resultará en muchos sentidos, ya sea para explotar recursos o a modo de escala obligatoria para futuras misiones tripuladas a Marte. Por supuesto, también por una mera demostración de poderío por parte de las grandes potencias mundiales. ¿Cómo transformará todo esto su superficie?

Algunos expertos, como el profesor de astrofísica Martin Barstow, parecen tenerlo claro: la Luna vivirá una revolución en las próximas décadas. 

Para el año 2100, podría lucir irreconocible. Así lo ha asegurado en declaraciones para el medio británico The Sun. Según él, lo primero sería asentar infraestructuras para garantizar agua y oxígeno, que podrían conseguirse del hielo lunar.

Pero claro, estas operaciones serían muy caras. ¿Cómo conseguir la financiación necesaria? Quizá de turistas ricos con ganas de pisar suelo lunar. Algo que a su vez transformaría aún más el aspecto de la Luna. Para Barstow, los investigadores tendrán que estén allí con el fin de investigar tendrán que convivir también con los magnates curiosos. 

Una Luna de ciencia ficción

En opinión del astrofísico, el cambio que se producirá en la Luna llegará en forma de viviendas “similares a las de los hobbits de El señor de los anillos” para alojar a trabajadores, científicos y visitantes (de la Tierra, se entiende), pero también será necesaria una práctica (y costosa) red ferroviaria. Sin embargo, la Luna del futuro también contaría con otros habitantes no humanos.

Se trataría, básicamente, de robots. El avance de la tecnología en este sentido podría generar que fuesen estas máquinas las que, al menos en gran medida, se encargaran de la construcción y el mantenimiento necesarios para llevar a cabo toda la infraestructura que resultará necesaria para colonizar el satélite. 

Un futuro muy diferente para nuestra vecina que, si se cumplen los pronósticos, podría ser una realidad en poco más de medio siglo. Y que recordaría en gran medida a lo visto en tantas obras de ciencia ficción, que de esta forma terminarían por convertirse en realidad.