Muchas han sido las obras de ciencia ficción que han mostrado cómo sería vivir en la Luna. De hecho, la imaginación de un sinfín de autores han imaginado desde grandes bases científicas hasta parque temáticos, como sucedía en la serie de humor creada por Matt Groening Futurama. Ahora, en cambio, esta visión lunar podría estar más cerca de lo que se imagina. 

Un nuevo estudio ha propuesto un plan para que un futuro asentamiento en el satélite contara con barrios residenciales, restaurantes e invernaderos. Es decir, para que el viejo sueño de vivir en la Luna no solo podría volverse realidad, sino también hacerlo de la forma más similar a como se entiende la vida en la Tierra. 

Vivir en la Luna con todo tipo de comodidades

La llegada del ser humano a la Luna, allá por 1969, fue sin duda el hito espacial más importante de todos los tiempos, por mucho que el interés en seguir explorando, al menos con astronautas de por medio, fuese perdiendo vigencia con el paso de los años, hasta el punto de que las míticas misiones Apolo terminaron por no tener continuidad en el tiempo.

Hasta ahora, claro. En la actualidad existen muchas razones para regresar a la Luna, e incluso llevar a cabo asentamientos estables, que van más allá de las típicas carreras espaciales que acostumbran a llevar, incluso en los tiempos que corren, las grandes potencias. Empezando por la explotación del suelo lunar, pero también como posible punto de enlace para llegar a Marte.

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En este punto, por lo tanto, es lógico que muchos estén planteándose muy seriamente cómo podrían ser las futuras bases que el ser humano puede desarrollar en la Luna, aprovechando las tecnologías actuales, como por ejemplo las capacidades robóticas a la hora de acomodar su árida superficie a las necesidades humanas. 

Los últimos en hacerlo han sido el estudio de arquitectura Hassell, quienes han presentado una propuesta para el programa Discovery de la Agencia Espacial Europea que, cuanto menos, llama la atención. Tanto por lo ambicioso que resulta como por lo detallado del mismo. 

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Casi como si de una película de ciencia ficción se tratase, este nuevo estudio propone asentamientos creados en torno a una estructura regular, que a su vez estaría creada por medio de módulos hinchables, cuyos cimientos serían impresos por robots. Estos módulos, que parece ya estarían probándose en la Estación Espacial Internacional, estarían conectados entre sí.

Pero quizá lo más sorprendente de todo es que, además, estarían enterrados bajo la superficie de la Luna, con el fin de evitar las condiciones hostiles para la vida que presenta su superficie: falta oxígeno, radiación y demás problemas a los que la ciencia debe enfrentarse sí o sí. 

No obstante, la propuesta busca ir más allá, y lejos de ofrecer un asentamiento práctico, pretende que quienes habiten en la Luna lo hagan de manera cómoda y agradable, apostando por áreas residenciales, restaurantes, invernaderos e incluso zonas de juego. De esta forma, la vida en la Luna dejaría de ser tan dura y supondría una experiencia mucho más atractiva.