Las carreras espaciales no son algo nuevo, ni mucho menos. Más allá de los avances científicos que pueden traer consigo, además suponen un ejercicio de poderío en el tablero internacional. Y está claro que China ha decidido pisar el acelerador en este sentido, consolidando su posición de superpotencia también en el espacio.

La agenda del gigante asiático prevista para los próximos años promete ser de infarto, pero también en el momento presente sus esfuerzos apuntan a tomar el relevo de Estados Unidos y la NASA. 

Su movimiento más inmediato, de hecho, pasará por aumentar la capacidad de su estación espacial, cuyo funcionamiento está previsto para los próximos 15 años. 

China planea hacer crecer su estación espacial

La Academia China de Tecnología Espacial ha confirmado que pretende convertirse en la principal alternativa fuera de la Tierra, apostando fuerte por su estación espacial bautizada como Tiangong. 

Si hasta ahora la base estaba operando con tres módulos desde el año 2022, está previsto que la cifra se duplique en los próximos años. Todo ello, gracias a la capacidad de la estación espacial para acoplar sin excesivos esfuerzos nuevos elementos con los que ampliar sus capacidades. 

De esta forma, también se espera mejorar las condiciones para hospedar más astronautas. Hay que tener en cuenta que hasta el momento solamente hay tres personas trabajando en Tiangong. 

Con todo, hay que tener en cuenta que la estación espacial China seguirá siendo inferior, al menos en lo que se refiere a tamaño, a la actual Estación Espacial Internacional (EEI) promovida por la NASA. Sus dimensiones apenas alcanzarán algo menos de la mitad de lo que en estos momentos tiene la base norteamericana. 

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Eso sí, hay que tener en cuenta también que esta última tiene los días contados. Según la propia NASA, se estima que en torno al año 2030 la EEI dejará de funcionar y será sacada de órbita. Al parecer, será entonces cuando China se quede como referencia absoluta. 

En opinión de los expertos, la “jubilación” de la Estación Espacial Internacional debe interpretarse como ley de vida. Por un lado, ya ha cumplido con los objetivos fijados para ella cuando comenzó su andadura espacial en 1998; por otro, la mayoría de sus instalaciones ya están próximas a quedar obsoletas, con los riesgos que eso podría suponer. 

Objetivo: la Luna

Los planes de China en materia aeroespacial, no obstante, no se detendrán ahí, ya que sus objetivos buscan desafíos más ambiciosos. 

Según han confirmado representantes científicos del país gobernado por Xi Jinping, sus próximos proyectos abarcarán llegar en misiones tripulados al polo sur de la Luna, e incluso afianzar una base en la inhóspita región del satélite. 

Por supuesto, y por mucho que China haya insistido en su intención de colaborar internacionalmente, sus intenciones han generado recelos en Estados Unidos. La posibilidad de que China sea el primer país en encontrar agua congelada fuera de la Tierra no parecen haber agradado a la NASA, que ya está poniendo toda su maquinaria en funcionamiento para adelantarse a los asiáticos.

La carrera espacial se presenta, de esta forma, más apasionante que nunca, y demuestra una vez más que la lucha por lograr el liderazgo mundial de ambas potencias no se limita, ni mucho menos, a todo lo que suceda dentro de nuestro viejo planeta.