Siberia es un lugar lleno de misterios. Uno que aún no se ha resuelto es el del cráter Patomskiy. Su enigmática forma deja a los científicos con la boca abierta.

El cráter Patomskiy fue descubierto en 1949 por el geólogo ruso Vadim Kolpakov, por eso también se le llama Cono de Kolpakov. Es enorme: mide 160 metros de largo por 40 metros de alto, más elevado que un edificio de 25 plantas. Se estima que tiene entre 300 y 350 años.

Pero lo más desconcertante es que en el centro tiene una especie de esfera de 12 metros de alto, que no aparece en los cráteres producidos por un meteorito.

El enigma del cráter Patomskiy

Se han llevado a cabo varios estudios geológicos de la enigmática formación rocosa, pero ninguno ha sido concluyente.

Algunos geólogos opinan que se formó por un meteorito, que impactó en la tierra y abrió una bolsa de gas. Eso es lo que generó la esfera central del cráter.

Otros creen que es un fenómeno exclusivamente volcánico, en colaboración con las corrientes de aire y las bolsas de gas que hay en el subsuelo de Siberia, que provocan enormes grietas. Ahora se multiplican por el cambio climático y el deshielo del permafrost.

El hecho de que no exista una explicación definitiva, ha disparado las teorías conspiranoicas.

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Algunos aseguran que es un experimento nuclear de los tiempos de la Guerra Fría. Otros, un trozo del meteorito Tunguska que arrasó Siberia en 1908. Pero ambas opciones están descartadas porque se ha demostrado científicamente, que el cráter Patomskiy se formó hace unos 300 años.

Hay también teorías más fantasiosas. Desde un artefacto alienígena, hasta experimentos militares de Stalin.

El misterio del cráter Patomskiy sigo vivo, ya que aún desconocemos su origen. Lo único que tienen claro los científicos, es que para resolver el enigma solo queda una solución: excavar. Pero está en un lugar remoto, y podría ser peligroso si hay bolsas de gas.