Seguro que alguna vez lo has visto en alguna película: un astronauta muere, por la razón que sea, y su cuerpo se pierde en el espacio, a veces con música dramática de fondo. Se trata de una escena muy repetida en el mundo del cine, sobre todo en el de ciencia ficción, y que suele terminar con el desafortunado cadáver perdiéndose en la oscuridad. 

Por desgracia, este hecho puede convertirse en realidad. A medida que la exploración espacial avanza, estos escenarios tan lúgubres parecen también inevitables. 

Entonces, ¿qué sucedería justo cuando el celuloide acostumbra a mirar hacia otra parte? Intentemos adivinar qué le sucedería al cadáver de un astronauta en el espacio. 

¿Qué sería de un cadáver en el espacio? 

El destino de un astronauta que falleciera en el espacio variaría, como es natural, dependiendo de las circunstancias en las que se encontrara. Si por alguna razón no llevará un traje espacial, cualquier parte líquida de su cuerpo se vería inmediatamente alcanzada por la baja presión del espacio, provocando que las partes sensibles como los ojos o la boca se convirtiese en gas. 

Por otro lado, la parte de agua que compone cualquier cuerpo, se congelaría, tal y como apuntan desde LiveScience. Esta repentina pérdida de líquido, sumado a las bajas temperaturas fuera de la Tierra generarían en el cuerpo algo así como un intenso proceso de momificación, debido a la inevitable deshidratación. Eso sin contar que las bacterias, si aún estuviesen vivas, lo consumirían.

¿Cabe la posibilidad de que una nave tuviese que abandonar a un fallecido en el espacio? En ese caso, los expertos lo tienen claro: lo ideal sería alejarse todo lo posible de nuestro planeta. De lo contrario, es bastante posible que este chocara con la basura espacial que hay alrededor, o con un satélite, o que la propia gravedad del planeta lo terminara por traer de vuelta.

Claro, que al entrar en contacto con la atmósfera, se desintegraría. Además, el espacio acostumbra a ser un lugar muy frío, es cierto, pero también puede ser extremadamente caliente, dependiendo de dónde se estuviera. 

Último adiós en el espacio

Por siniestro que puedan resultar estas suposiciones, hay que tenerlas en cuenta. Así al menos lo piensa la propia NASA, que es consciente de que en el futuro las misiones espaciales tendrán que enfrentarse a estos dramas. Por esa razón han desarrollado bolsas fúnebres capaces de mantener el cuerpo un máximo de 72 horas. Algo válido si se está cerca de la Tierra… pero no mucho más allá.

Por ejemplo, en Marte. De hecho, se trata de un desafío que todavía no tiene una respuesta sencilla. Teniendo en cuenta lo complicada que sería una misión tripulada a Marte, si alguien pereciera al llegar al planeta rojo, pensar en una incineración o un entierro supondría un gasto de energías y recursos que, seguramente, fuese inaceptable. 

Es posible que no sea divertido ni alegro pensar en estas cosas, pero sí necesario. Un lado oscuro en la exploración espacial, pero que tendrá que desarrollarse pronto. ¿Existirá la posibilidad de preservar el cuerpo sin vida del astronauta hasta su posible repatriación la Tierra? Hoy en día, parece complicado, pero nunca se sabe.